DANTE RESSIA.
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Semblanza de JORGE LEZAMA
publicada en la página webb TODOTANGO
CANTOR
11 de junio de
1913 - 25 de noviembre de 2010
Nombre completo:
Dante Juan Ressia
Nació en Carlos
Casares, provincia de Buenos Aires, en un campito familiar; las cosas empezaron
a ir mal y se vinieron a la capital. Se afincaron en el barrio de Parque de los
Patricios, en una casa frente a la fábrica de zapatillas “Langosta”, en Maza
1856, entre Inclán y Salcedo.
El niño Dante
tenía nueve años y era el menor de cinco hermanos, tres mujeres y otro varón,
Amadeo, el primogénito. Las nenas trabajaban en costura, todo el día,
escuchando tangos que era la música de los jóvenes.
Dante como buen
campesino no se relacionaba con nadie, salvo cantando. En una oportunidad, me
contó que se iba a la esquina de Salcedo y Maza donde funcionaba un bar y los
muchachos le pedían siempre que cantara “El ciruja” y “La vidalita”. Era tal el
entusiasmo que provocaba, que volvía a su casa con los bolsillos llenos de
monedas y “papelitos de 50 centavos”, lo que significaba un ingreso mayor que
el de su padre, al que casi no veían porque trabajaba día y noche.
Por su pasión por
el fútbol, llegó a jugar en la cuarta división del Club Huracán en tiempos del
“Nano” Gandulla. Me contó que una vez su viejo le habló y le preguntó que
quería ser cuando fuera grande: «¿Mecánico, herrero, como tu hermano Amadeo?»,
y él le contestó: «No papá, quiero ser como Gardel.» y agregó: «En ese momento,
estaba cantando en la fonola Carlitos».
Su inclinación
por el canto fue de muy pequeño y siempre fue un devoto admirador del Zorzal
Criollo, a tal punto que suele decir: «Aprendí a cantar con los discos de
Gardel».
Hizo su debut en
1946, en Radio El Pueblo, con el conjunto folclórico del maestro Eduardo
Pauloni, con el que hacía un extenso repertorio criollo. Estuvo en la emisora
hasta el año 1949 y luego, su amor por el tango y su capacidad interpretativa
hizo que fuera requerido por grandes orquestas de la época, como la de Juan
D’Arienzo, la de Alberto Mancione y otras menos conocidas. Pero él siempre
quiso hacer su propio camino y enseguida se lanzó como solista.
En una de sus
tantas actuaciones en Radio El Pueblo, lo escuchaba una dama muy distinguida,
la señora Maruja de Apud, quien le propuso grabar para la RCA-Victor. «Era como
jugar en primera», me afirmó y agregó, «allí grabó Gardel y Libertad Lamarque,
nada menos».
En la RCA-Victor
registró, el 12 de julio de 1949, acompañado por el conjunto de Prudencio
Giménez, “A unos ojos” de Carlos Montbrun Ocampo y Hernán Videla Flores y “La
López Pereyra”. Tres meses después, el 5 de octubre, con el mismo conjunto, “Tu
vieja ventana”, y “El puente del amor”, también de Montbrun Ocampo.
Al año siguiente,
con el conjunto de José Herrero grabó el 8 de febrero, “El jardín de mi madre”
y “San Ramón”, una cueca de Félix Pérez Cardozo y J. Herrero; el 23 de mayo,
“Para ti madre” y “Claveles mendocinos”; el 8 de septiembre, “Cuando miran tus
ojos”.
Continúa en el
sello con, “Luna tucumana”, zamba registrada el 23 de mayo de 1951 y, entre
abril de 1952 y mayo de 1955, “Cobrate y dame el vuelto”, “Pompas de jabón”,
“Que nadie sepa mi sufrir”, “Linda vida mía”, de H. Ayala, “Herencia”,
“Carnaval de mi barrio”, “Las cuarenta”, “Maestrita de mis pagos”, de Miguel
Abrodos y Eugenio Majul, acompañado por el conjunto de guitarras de Roberto
Grela.
Realizó giras por
todo el país siempre con Grela y sus guitarristas Coco Barbieri, Davis y Neri y
con los que actuó además, en Radio Belgrano, durante tres temporadas
consecutivas.
Su primera
actuación fuera de nuestras fronteras fue en 1955 en Chile, actuando en la
Confitería Goyescas y en el Gran Hotel Capri. A mediados del 55, dejó pendiente
una gira por España y una película, por motivos que desconozco y que no me
quiso explicar. Entonces, Guillermo Arenas, representante de artistas y esposo
de Morenita Rey, a su vez sobrina de Libertad Lamarque, lo llevó con la
orquesta de Mario Canaro en una gira por toda Sudamérica.
El periplo
arrancó en Perú, Colombia y Venezuela. En este último país, se presentó en las
radios Continente y Catatumbo con gran repercusión en el público oyente y además,
en programas de la televisión de Caracas. También llegó al disco con dos temas:
“Por qué no has venido” y “Manos adoradas”, corría el año 1957.
Regresó a Buenos
Aires por causa del presidente Marcos Pérez Jiménez, quien le había tomado
encono porque andaba flirteando con la hija de un militar. Pero no se adaptó a
la nueva realidad de la Argentina —después de la caída del General Perón— y, al
poco tiempo, decidió volver a Venezuela. Algunos dicen que por motivos
políticos porque Dante era peronista, esto nunca me lo confirmó, pero la
realidad es que lo motivó el amor. Ya no estaba el dictador caribeño y lo
esperaba aquella muchacha enamorada. Luego, este romance se extinguió y
apareció en su vida María, otra mujer venezolana que era viuda y se convertiría
en su esposa y en el amor de su vida. Por este romántico motivo fijó su
residencia definitiva en Caracas.
Luego de un
paréntesis, reinició su carrera artística en el país caribeño actuando en los
mejores escenarios, entre ellos La Peña Tanguera y en Radio Cultura.
Hace algunos años
me confesó: «Mi sueño es no morirme sin volver a cantar en mi tierra». Pero no
pudo ser, falleció en el Hospital Central de Valencia (Venezuela), a los 97
años.
A raíz de esta
nota, me comentó Ricardo García Blaya que Dante Ressia es uno de sus cantores
de culto, junto con Osvaldo Cordó y José Berón, todos ellos grandes voces de la
escuela gardeliana, que no tuvieron la repercusión que debieron tener no
obstante su inmensa calidad vocal e interpretativa.
fuente: TODOTANGO.
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LUNA TUCUMANA- zamba
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