CASOS Y COSAS DEL CAMPO
La Mesa del Café - Folklore
publicado en la página webb TODOTANGO
Por: Horacio de
Córdoba 03/11/2008
Estimado Rolando:
También, aunque
no correspondan al campo sino a pueblos chicos, el método de compra de ropa y
elementos que en los pueblos chicos no hay.
Yo nunca viví en
el campo, pero sí y en mi niñez, en pueblos chicos. Por ejemplo Hernando o
Corral de Bustos allá por 1940.
En esos pueblos
la oferta de ropa era muy limitada en cuanto a calidad. Las tiendas eran
rudimentarias. Por consiguiente las grandes tiendas de Buenos Aires o Rosario o
Córdoba, editaban catálogos con infinidad de ofrecimientos “numerados”. Como en
cada pueblo había un comisionista, mi madre elegía para mí el traje Nº 85, por
ejemplo, le indicaba el talle y el color y le entregaba el dinero.
En la semana,
volvía el viajante con el traje.
Yo recuerdo que
hicieron dos compras para mí: un traje (pantalón corto obviamente) y un fútbol
sin tiento (inventado en mi querida Bell Ville).
Aporto estos
datos porque tal vez la mayoría de los foristas pertenezcan a ciudades grandes
en las cuales estas prácticas eran desconocidas.
Un gran abrazo
agradeciendo la anécdota del mate dulce a fuerza de caramelos. Desde el viernes
me vengo luciendo en rueda de amigos. Horacio.
Por: rolandomoro 03/11/2008
Estimado HORACIO.
Mañana con un
poquito más de tiempo, contesto a tu lindo recuerdo y lo que ocurría en
nuestros campos con aquellas compras de indumentarias.
Saludos
HORACIO.
En otras épocas,
cuando aun los caminos y el transporte eran sumamente precarios en todo el
interior de nuestro país, la mayoría de las compras eran por encargo con el
sistema de “contra-reembolso”. Fue el ferrocarril y sus estafetas, quienes se
encargaban de todo, también el correo Nacional que por aquellos tiempos
funcionaban como debe ser.
Como aun éramos
TERRITORIO NACIONAL (hasta 1952), llagaban al Chaco los ferrocarriles Belgrano
y Güemes (Ingles-Francés) y varios troncales de trocha angosta, por donde vivía
pasaba el “QUIJANO” y su estafeta estaba dentro del campo familiar, desde allí
se pedía a Tienda Filipinas y a Gatt & Chávez (catálogo por medio), muchas
cosas que luego se abonaban en la misma estafeta.
Consultando a mis
afectos, sobre tiempos anteriores, me contaron que se pedían a Buenos Aires
todo tipo de productos, las semillas, venenos, alimentos, plantas frutales que
llegaban muy bien envueltas en su raíz, todo tipo de plantas florales y todo
aquello que se necesitase. Luego con la “muerte” de los ferrocarriles, se
termino aquella comercialización que llevó un gran avance a regiones muy
distanciadas de los centros poblacionales.
Abrazos
LOS ESCRITOS DE ROLANDO
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