CARLOS SANCHEZ.
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2 de abril de
1904 - 30 de agosto de 1939
Nombre completo:
Sánchez, Carlos Alberto
Seudónimo: Carlos
Sandoval, Fray Rigor y Don Carlos
PIANISTA, POETA, COMPOSITOR, PERIODISTA
Hermano del
famoso jazzman Raúl Sánchez Reinoso, la vocación musical de la familia se puso
de manifiesto en ellos, logrando ambos un respetuoso nombre en el ambiente
musical de Buenos Aires.
Supo integrar
pequeñas orquestas y amenizó desde el piano programas radiotelefónicos desde
1924 a 1930 y por Radio Stentor dirigió una audición de novedades
discográficas.
En ese año 24 se
inició en la composición con el tango "La Barra", letra de Recalt,
que es la primera obra de una lista de 32 que registró; otras: "Flor de
Pasión", "El Bandoneón", "Muchachita de mi ensueño",
"Pebeta Graciosa", "Andá con tus amigos",
"Pega-Pega", "El último toque", "Bésame otra
vez", "Despídeme con un beso", "Esto es la Argentina",
el tango que le grabó Carlos Gardel "Barra Querida" con letra de
César Felipe Vedani y el lindo "Guitarra Gaucha", con letra de
Benjamín Tagle Lara que grabó Corsini.
Como periodista
publicó sus artículos en diarios y revistas comentando las novedades en
grabaciones, noticias sobre artistas y algunos reportajes: "La canción
moderna", "Música y Arte", "Sintonía", "Ideal
Film". Debemos señalar uno que dice "Conversando con Carlos
Gardel" aparecido en la revista "Ideal Film" en el año 1931,
cuyo texto es el siguiente:
"Se ha
escrito mucho sobre Gardel y su arte. Se le ha presentado a la curiosidad de
sus admiradores en diversas poses en la nota gráfica, pero siempre su figura
interesante permite descubrir nuevos aspectos al ídolo porteño. El último de
ellos no será por cierto su actuación cinematográfica, del que vamos a
ocuparnos, por ser el que interesa a los lectores de «Ideal Film».
Buenos Aires
espera impacientemente el estreno de la película que ha filmado en Francia
junto con Gloria Guzmán, Sofía Bozán, Vicente Padula, etc.
En procura de
novedades sobre el trabajo realizado en «Luces de Buenos Aires» lo entrevistamos
en el Gran Cine Broadway donde actualmente hace su rentrée. Nos recibe en el
camarín con esa sonrisa amable que le ha captado la simpatía de todos los
públicos, predisponiéndonos al reportaje sin apuros, llano, más bien dicho, a
una conversación de viejos amigos. Viste una robe de chambre color azul que al
entreabrirse deja al descubierto su pecho de atleta.
Está dando los
últimos toques a la toilette y en su sonrisa se ve reflejada la alegría de los
aplausos que acaba de recibir. ¡Siempre agradecido este muchacho grande y
juguetón, mimado por la popularidad! Y nos empieza a relatar cómo se hizo la
filmación de la película como lo haría un chico que cuenta una travesura del
domingo a un condiscípulo que se quedó sin salida y no pudo disfrutarla.
—Cuéntenos cómo
se desarrollaba su trabajo.
—Muy contento. Me
entusiasmaba el film y eso que tenía que trabajar para la película después de
la filmación. Imagínese che, que empezábamos a filmar a la una de la mañana y
terminábamos a las siete. ¡Eso sí, después de dormir, nada de farra! La mayoría
de nosotros no había actuado en películas de responsabilidad y sin embargo, muy
pocas veces tuvimos que repetir las escenas. El director, Adelqui Millar,
asistido por su ayudante impartía las órdenes que eran cumplidas por nosotros
como veteranos. Gloria era la que más hacía diabluras; decía estar cansada y se
sentaba, pero en cuanto el director ordenaba ¡Máquina! saltaba de su asiento y
posaba haciendo derroche de condiciones. ¡Qué chica buena! Le diré, los demás compañeros,
todos muy cariñosos, siempre dispuestos al trabajo, y ambicionando solamente el
lucimiento general del conjunto.
—Diga Carlitos,
¿estarán representadas fielmente las escenas criollas?
—Eso lo
comprobarán ustedes cuando vean la película. Les adelanto que los caballos y
aperos eran bien criollos.
—¿La técnica de
Joinville difiere de la norteamericana?
—En lo que
respecta a la película "Luces de Buenos Aires" sí, es más adecuada al
temperamento latino. En ella se hace más cinema; no se abusa de diálogos,
porque eso debe dejarse, según sus directores, para el teatro. Yo comparto esa
teoría, creo que algunas canciones y una música adaptada, es lo más adecuado
para ese espectáculo, que debe tener necesariamente su técnica propia,
diferente a la del teatro, porque la música tiene que substituir al lenguaje.
Eso a mi juicio, el secreto del film.
—¿La dirección?
—Muy buena; pero
cuenta con pocos elementos para hacer películas hispano-parlantes que puedan
satisfacer el mercado sudamericano.
—¿Qué es lo que
canta Ud. en la película?
—Un tango
intitulado "Tomo y Obligo" con letra de Romero y música mía. Creo que
gustará por la letra.
—¡Modesto!
—Digo lo que
siento.
Es tan serena la
entonación de su voz que no podemos dudar de tal afirmación. Carlitos es
siempre el mismo desinteresado y buen compañero. Los triunfos de sus amigos le
causan alegría y su corazón generoso late al ritmo del que comparte su amistad
¿El ambiente de
Joinville?
—Delicioso. Es
una pequeña ciudad encantadora. La naturaleza le brinda todos sus encantos y
los artistas cautivados por su belleza se sienten más inspirados.
—¿Muchas
amistades?
—Sobre esta
pregunta temo hablar porque podría olvidarme algún nombre y sería una falta
imperdonable. Han sido tantas las personas que he frecuentado y tan amables que
las recuerdo con toda gratitud.
—¿Anécdotas?
—Muchas y
sabrosas... algunas tristes. La pobre Sofía, en una escena en que debo tirarla
por una escalera cayó con tan mala suerte que falló el truco y la caída fue
real. Quedó sin sentido por efecto del golpe. Con todo, una vez vuelta en sí
continuó valientemente su labor y la película ganó en realidad, ¡La gauchita
muy guapa! En esa misma escena debía darle un golpe de puño a Kindos, artista
español que trabajaba con nosotros. Antes de hacer la escena, me había
advertido que moderara el puñetazo. "Puede uztez", me decía,
"hazerme zaltar el puentezito de plata que tengo en la boca". Ya
pueden imaginarse la risa que nos causaría esta advertencia. ¡A nosotros tan criollos
y despreocupados! Al final se me fue la mano, pero sin quererlo.
—¿Piensa filmar
en Hollywood?
—En efecto. He
recibido propuestas durante mi estada en París. Mi tocayo Chaplín demostrando
un gran interés por mi persona fue el que me hizo la más ventajosa. Temiendo
ser indiscreto no puedo explayarme sobre este particular como quisiera, por no
pertenecerme todo el secreto del asunto. Carlitos es uno de mis mejores amigos.
—¿Proyectos?
—Muchos, muchos.
Fernando Ortíz Echagüe ha escrito un argumento especialmente para mí, creo que
pronto se filmará. Dos periodistas uruguayos muy simpáticos también prepararon
otro.
El reportaje se
va haciendo largo. Carlitos no lo siente. Charla mientras su ayudante le
alcanza los efectos de vestir. Riverol, uno de sus guitarristas se acerca a
nosotros y Gardel lo palmea amigablemente. "Sentáte", le dice y sigue
atropelladamente haciendo el nudo de su corbata frente al guitarrista como si
éste fuera un espejo y, así nomás, al descuido ese trapo que tanto preocupa a
los hombres bajo la dirección de sus manos nerviosas que se duermen a veces
apretando la guitarra, ha tomado una forma elegante.
La parte más
ancha le ha ganado a la angosta... "por un cuerpo", dice alguien.
Parece que las puntas van a discutir el fallo, no se baja la bandera. El
chaleco se cierra. Ya está dado y basta. Carlitos festeja el chiste hípico y
agrega: "La parte ancha la corrió Leguisamo y la angosta yo".
Una vez más su
sinceridad sin afectaciones se desborda como si su corazón se asomara a flor de
labios para curiosear.
Nos invita con un
copetín siguiendo los impulsos de su generosidad después de firmar unas
fotografías salimos por aquellos corredores silenciosos del teatro en dirección
a la salida. Carlitos nos acompaña siempre charlando. Llegamos, él también se
tiene que ir, le aguarda su inseparable amigo Razzano, nos despedimos.
Juntos parten en
el auto y se va Gardel llevando en su pecho la satisfacción de una vida amable
sin preocupaciones".
A la nota la
acompaña una fotografía de Gardel autografiada que dice: "Para «Ideal
Film» y sus lectores. Cariñosamente".
Sánchez nació en
Buenos Aires (Barracas) el 2 de abril de 1904 y falleció en Dolores (Bs. As.)
el 30 de agosto de 1939.
fuente: TODOTANGO.
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