lunes, 11 de marzo de 2013

-FAUSTO FRONTERA, MÚSICO

Un día como hoy...11 de marzo... pero de 1898... nacía 
FAUSTO FRONTERA.
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ENTREVISTA A FAUSTO FRONTERA
Y UN APORTE PICANTE.
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Por NORBERTO CHAB
con notas de NESTOR PINSON
publicada en la página webb TODOTANGO.


















VIOLINISTA, COMPOSITOR
11 de marzo de 1898 - 24 de mayo 1982
Nombre verdadero: Fausto Miguel Frontera
Seudónimo: Tito Rueda

Nací en pleno centro de la ciudad: Cangallo (actual Presidente Perón) y Talcahuano, pero a los tres años mis padres me llevaron al barrio de Flores. A los seis me regalaron un pequeño violín y muy pronto tomé lecciones con Vicente Ponzio (tío del Pibe Ernesto) y, también, en el conservatorio Santa Cecilia.

«Después de dejar unos años por enfermedad —yo de chico fui muy débil—, con los muchachos del barrio intercambiábamos nuestros rudimentarios conocimientos musicales y tocábamos algunas cosas juntos. Yo tenía buen oído y así sacaba los temas más fácilmente que mis compañeros. Recuerdo que hacíamos “La Morocha”, “La catrera” y “La sonámbula”.

«Mi primera vez frente al público fue en un fin de fiesta —tendría 12 años— en el picadero del Circo Rafetto, nos dirigía un guitarrista  conocido como “El Negro Justo”, Justo Rodríguez su nombre, y había otros pibes entre los que estaba Pedro Maffia.

«Enseguida me llama Ricardo Brignolo para un reemplazo en el cine-café El Capuchino, lo llamaban así porque no se pagaba entrada, pero era obligación consumir por lo menos un capuchino, estaba en Boedo y Carlos Calvo, fueron sólo tres días.

«En 1912, había ingresado a la escuela industrial Otto Krause, al año siguiente hubo unos problemas y quedé libre. Pensaba ser ingeniero naval. A comienzos de 1914 tuve la oportunidad de embarcarme. Era un viaje a Europa y la orquesta que animaría las veladas se quedó sin violinista. Aproveché el momento y así llegué a Marsella. Pese a mi poca edad me había perfeccionado bastante y como dominaba el solfeo me costó poco complacer al pasaje con temas de diversos ritmos. Por mi cuenta seguí viaje a París, allí estaba Vicente Loduca con sus compañeros, pero no me conecté con él, empecé a trabajar por mi cuenta y además me dediqué a conocer la ciudad, museos, teatros. Pasé por Italia, por España, estuve nueve meses en Lisboa y regresé.

«Enseguida comencé a trabajar mucho, desde hacer la música en casamientos y otros tipos de fiestas a integrar una cantidad de conjuntos no muy relevantes. Hasta  que formé mi primera orquesta, tenía 17 años. Debuté en un bar de Flores, estaba Juan Ghio en el piano, su hermano en bandoneón, Juan Rosario Marmón en flauta y yo. Estuvimos dos años en ese lugar. A continuación apareció otro café, éste en la avenida Garay, enfrente estaba el “3º de Infantería” —¡mirá cuantos años!— agregué un bandoneón, Toggi y también llamé a Ismael Aguilar.

«Casi simultáneamente estuve como integrante de los conjuntos de Maglio, Aieta, Geroni Flores, Cobián, también en los conjuntos del sello Victor, pero en 1916 toqué en el café La Morocha, con Eduardo Arolas.» (En otro reportaje cita que su actuación con Arolas fue en un café de la calle Pozos, frente a los cuarteles, que ya no existen).

«Por entonces compuse mi primer tango, al que no le puse título y allí quedó. Al año siguiente, el segundo: “Art Noveau”, era el nombre de un caballo de carrera, se editó y se lo dediqué a su jockey Francisco Arcuri. Retorné al barrio de Flores para actuar en el cine Minerva con un cuarteto. Después el San Martín y el Rex. Aquí fue importante porque firmamos un contrato por treinta días y nos quedamos nueve meses, fue un sexteto junto a Geroni Flores, Germino a mi lado, Juan Guido y Famiglietti en bandoneones. Recuerdo que también estuvo Adolfo Pérez “Pocholo”.

«Con el pianista Pirucho Villella, actué en un salón de masajes femeninos: “Vogue´s”. Otro conjunto lo formé para trabajar en la peluquería Basile, de Corrientes y Lavalle, más de 20 personas atendían al público. Todos los días de 16 a 20 horas, me acompañaban José Caso y Domingo Santa Cruz en bandoneones y Juan Santa Cruz al piano. Allí, compuse otro tango: “Te la regalo”. Con los muchachos de la peluquería fuimos a la radio del barrio, la famosa L.O.Y. Radio Nacional (luego Radio Belgrano).

«Con Cobián estuve hasta que se fue de viaje y Julio De Caro adoptó su escuela, porque en realidad no es decariana. Fue formada previamente por nosotros, Cobián, Petrucelli, Maffia, Constanzo y yo.

«Toqué para las familias distinguidas y hasta en embajadas. Tuve los mejores músicos y les pagaba muy bien. Hasta me di el gusto de sacarle por una actuación el primer violín al Teatro Colón, era Luis Gianneo. Por tocar tres piezas le di cien pesos, cuando los vio me dijo: “No tengo cambio.”, no entendía que le pagara lo que no ganaba en una quincena.»

Los momentos destacables de su carrera fueron: cuando tocó con Juan Maglio, también, como director artístico en 1924, de la Radio L.O.J. El Abuelito, propiedad de la actriz Angelina Pagano y cuando en 1928 integró la orquesta del Teatro Nacional. Su actividad no decayó hasta 1932, a raíz  de una enfermedad que lo alejó del trabajo. Regresó en 1935 con la orquesta de Francisco Lomuto, por muy breve tiempo, sus problemas físicos le afectaron las manos y entonces resolvió abandonar la actividad.

Como compositor podemos mencionar: “Cortando camino”, “Puesta de sol”, “Gran señor”, “Tradición”, todas con letras de Cadícamo; “Hilos de plata”, con letra de Ismael Aguilar y Martinelli Massa; “Campo ajeno”, un shimmy, “¡Oh la la!”; “Mi traje de novia”; “Rey de copas”; “Qué torcido andás Julián” y “Recóndita”, la obra que más apreciaba. Finalmente, los dos tangos que grabó Gardel, “Callejera” y “Tabernero”.

Resulta obvio que sus dos grandes éxitos fueron estos dos últimos. Pero al respecto, un testimonio de la época, niega su autoría. En el caso de “Callejera”, el compositor fue Carlos Vicente Geroni Flores que la vendió por treinta o cuarenta pesos, conforme le comentó Enrique Cadícamo a mi informante. En cuanto a “Tabernero”, se trataría de una melodía que Miguel Cafre —que no sabía escribir música— trajo de Cuba y que Rafael Rossi pasó al pentagrama, episodio relatado por el propio Rossi.

Pero esto no nos debe asustar. Como dice mi amigo el “Chula” Clausi: «Esto era moneda corriente en aquellos tiempos. ¿Sabés cuantos tangos del gallego José Martínez o del Chon Pereyra llevan firmas ajenas?»

fuente: TODOTANGO. 
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