IGNACIO CORSINI.
..............................
"Ignacio Corsini, el que salvó a La pulpera..."
Nota de GASPAR ASTARITA
publicada en la página webb TODOTANGO.
Originalmente publicado en la revista "Tango y
Lunfardo", Nº 151, Chivilcoy 16 de abril de 1999.
Aquellos tres artistas que cultivaron la canción popular y
cuyas trayectorias alcanzaron amplia y merecida repercusión hasta convertirse
en ídolos (Carlos Gardel, Agustín Magaldi e Ignacio Corsini), tuvieron en sus
repertorios invariablemente, algún o algunos temas que, por medio de su
ajustada interpretación, se convirtieron en verdaderos impactos populares.
La Pulpera de Santa Lucía
Las listas de títulos de estos tres cantores, tomados como referencia porque llegaron al corazón del pueblo y su recuerdo sigue aún vigente en él, abundan en composiciones de mayor calidad, tanto musical como literaria, pero el público señaló, más con el sentimiento que con la mente, tal vez, a determinadas obras que, al nombrarlas, se identifican inmediatamente más con sus intérpretes que con sus autores.
En el caso de Gardel podríamos hablar de "Tomo y
obligo" o de "Mano a mano" como sus caballitos de batalla, los
que incluía permanentemente en casi todas sus presentaciones en público
(dejando de lado las famosísimas canciones de sus películas); en el de Magaldi
el incuestionable es "El penado 14", y en el de Corsini, en el
momento de escribir estas líneas estoy dudando entre dos: "Patotero
sentimental" y "La pulpera de Santa Lucía". Y desde mi opinión,
muy personal por cierto, creo que el vals se impone al tango de Manuel Jovés y
Manuel Romero.
H.P. Blomberg
Además, tiene más importancia, porque con "La pulpera
de Santa Lucía" se produce la primera colaboración entre sus creadores, el
músico Enrique Maciel (1897-1962) y el poeta Héctor Pedro Blomberg (1890-1955),
quienes se conocieron en 1928, año en que vio la luz la inmortal composición.
Andrés Chinarro señala que la presentación de ambos (revista
Atlántida, noviembre de 1957) «se realizó durante un baile organizado por el
Club de la Bolsa de Comercio, donde actuaba Maciel, y se debió a un amigo
común, José Antonio Gervasio, quien concurrió a una de las mencionadas
reuniones en el viejo Luna Park (famoso estadio de box de la ciudad de Buenos
Aires), de la avenida Corrientes al 100, acompañado por Blomberg. Este (según
el recuerdo de Maciel) le entregó allí su primera letra: "La pulpera de
Santa Lucía".»
Enrique Maciel
Esa primera colaboración sirvió para que comenzara entre
ellos una perfecta asociación, a través de la cual se concibió un numeroso
conjunto de canciones de carácter histórico-evocativo, sobre barrios y
personajes del Buenos Aires de la época de Rosas: "La canción de
Amalia", "La mazorquera de Monserrat", "Rosa morena",
"La guitarrera de San Nicolás", "Los jazmines de San
Ignacio" y otras más, son algunos ejemplos de esa impecable armazón
poético-musical que lograron Blomberg y Maciel, y que se inauguró con "La
pulpera de Santa Lucía". Aunque la dupla, fuera de esa temática, dejó
otros títulos imperecederos: "El adiós de Gabino Ezeiza", "La
viajera perdida", "Violines gitanos" y el antológico tango
"La que murió en París".
Sin embargo, aunque parezca mentira, el vals "La
pulpera de Santa Lucía" fue rechazado por el empresario teatral Pascual
Carcavallo y su asesor musical. También el famoso tango "Nostalgias"
fue rechazado en su momento por otro empresario teatral, don Alberto Ballerini.
Pero apareció Ignacio Corsini, quien lo estrenó en Radio
Prieto, lo grabó en abril de 1929 e inmortalizó el vals.
Por eso decíamos en el título que "El caballero
cantor" fue el que "salvó a La pulpera...".
Para atestiguarlo disponemos de un reportaje que le hiciera
el periodista Andrés Muñoz a Enrique Maciel en 1948, publicado en la revista
"Aquí Está". Debemos este valioso testimonio a nuestro colega Orlando
Del Greco, que nos lo hace llegar a través de su revista "Tango. La mejor
música del mundo", Nº 34, de enero de 1999.
«-Sobre la letra de Blomberg -dice Maciel- compuse la
música, no sin antes desechar varias que no llenaban mis exigencias. Fue en
tales circunstancias cuando el actor Sarcione informó al empresario Pascual
Carcavallo de una canción que podría encajar a la medida en la obra de Reta y
Viale Paz, "La sangre de las guitarras". Citado al teatro Nacional,
yo mismo canté la canción, acompañándome al piano, delante del referido
empresario, de la actriz Elsa O'Connor y de los maestros Salvador Merico y José
Lozzi, director y concertador, respectivamente, de la orquesta del teatro. Como
prevaleciera la opinión de Lozzi (desfavorable para mi música), "La
pulpera de Santa Lucía" fue al archivo.
«Ello constituyó mi primer desencanto. Pero quiso la suerte
que apareciera en mi camino Ignacio Corsini, quien la estrenó en una radio, con
suceso insospechado aun para mí, tanto que se dio el caso de un público
reclamando bis por teléfono, por correspondencia y hasta personalmente.
«En mérito a la verdad, debo decir que Corsini la cantaba
muy bien. Salieron a la venta quinientos mil ejemplares y se imprimieron ciento
cincuenta y siete mil discos, todo lo cual me significó, en concepto de
derechos de autor, la entonces fabulosa suma de veinte mil pesos... Y cuando el
éxito era ya indiscutible y no había cancionista, cantor ni muchacho con sueños
de serlo, ni habitante de cualquier sexo y edad que dejara de cantar o silbar
La pulpera..., se cruzó otra vez en mi camino Pascual Carcavallo, diciéndome:
"Con usted me equivoqué una vez, pero no he de equivocarme más".»
Aunque puedan parecer exageradas las cifras que consigna
Maciel con respecto a la venta de ejemplares y discos, nadie podrá negar la
popularidad y perdurabilidad de "La pulpera de Santa Lucía", gracias
a que fue "salvada" por Ignacio Corsini.
Originalmente publicado en la revista "Tango y
Lunfardo", Nº 151, Chivilcoy 16 de abril de 1999.
fuente: TODOTANGO.
.................................
No hay comentarios:
Publicar un comentario