Un día como hoy... 4 de febrero... pero de 1923... nacía
EDUARDO ADRIAN.
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Semblanza de NESTOR PINSON
publicada en la página webb TODOTANGO.
CANTOR, AUTOR, COMPOSITOR, CONFERENCISTA
PERIODISTA, DIRECTOR DE TEATRO,
4 de febrero de 1923 - 23 de mayo de 1990
Nombre verdadero: Carlos Alberto Eyherabide
Unos amigos le habían conseguido que le tomaran una prueba
en una sala de la editorial Julio Korn. Allí estuvieron con Rodolfo Sciamarella
de oyente y el acompañamiento de piano a cargo de Oscar Sabino, quien luego
integraría durante varios años, la orquesta de Francisco Canaro.
Cuando la música ya había comenzado, quiso la casualidad que
entrara Mariano Mores al edificio y un empleado le hizo un gesto para que
prestara atención. Mores entró a la sala y al poco rato salió con el cantor
rumbo a Radio Belgrano. Allí, Jabón Palmolive auspiciaba un programa donde se
buscaba la nueva voz para la orquesta de Canaro. Recordemos que se habían ido
de la formación Ernesto Famá y Francisco Amor, con el proyecto de formar su
propio conjunto. Quedaba el uruguayo Carlos Roldán, sin ningún otro compañero.
Nunca se sabrá si con ayuda o sin ella, el caso fue que
Adrián lo ganó y de inmediato pasó a formar parte del popular conjunto.
Comenzaba el año 1941.
Nacido en Mar del Plata y criado en Avellaneda, es probable
que sus condiciones naturales para el canto le hayan llegado genéticamente de
su madre, la cantante lírica Emma Gismondi, a la sazón, reconocida por él como
su primera y dedicada profesora.
Sus antecedentes artísticos, antes de llegar la prueba
mencionada, eran escasos, sólo cabe destacar que un año antes se las ingenió
para ingresar al coro del Teatro Casino, del que fue el cantor solista casi de
inmediato. Por entonces ya tenía un seudónimo: Adrián Lavalle.
Con Canaro llegan de inmediato los discos. El primero, el 22
de octubre de 1941: el vals "Anoche soñé". Luego llegaron
"Infamia", "Corazón encadenado", "Es mejor
perdonar", "Gricel", "Cada vez que me recuerdes",
"Tristeza marina", "Verdemar" y otros, hasta superar los 40
títulos.
Esta primera etapa finalizó a fines de diciembre de 1943.
Diecisiete años mas tarde vuelven a reunirse para completar la relación
discográfica.
Estar con Canaro era también sinónimo de numerosas
actuaciones radiales y giras, formar parte de sus clásicas revistas musicales
-que casi todos los años desde 1932 presentaba en Buenos Aires y a continuación
en Montevideo-, y amenizar los carnavales en ambas orillas.
En 1942, "Pirincho" estrena en el Teatro Nacional:
"Sentimiento gaucho". Como era habitual, con argumento de Ivo Pelay y
música suya. Allí estaban la comediante y cancionista Susy del Carril, Carlos
Enríquez, "Villita", Cayetano Biondo y en varios cuadros preparados
para su lucimiento y lanzamiento definitivo, el joven bailarín Santiago Ayala,
"El chúcaro" y sus malambos. Llamó la atención la novedad de la luz
negra para estas escenas. Adrián se lucía con: "Viviré con tu
recuerdo" y "Corazón encadenado".
Al año siguiente, actuó en la obra "Buenos Aires de
ayer y de hoy". Aquí las figuras eran Tita Merello y Tomás Simari.
Cantaba: "Y no la puedo olvidar" y a dúo con Roldán "Soñar y
nada más" y la marcha "Argentina".
Pasaron 2 años y se convirtió en solista. Firmó un contrato
en Radio El Mundo para actuar acompañado por la orquesta de la emisora dirigida
por Andrés Fraga, con arreglos de Héctor María Artola.
Su presencia en el Uruguay fue reiterada, aunque llegó poco
al disco: dos temas con la orquesta de Emilio Pellejero: "Sueño de
juventud" y "Silbando", año 1946. Otros dos con Hugo Di Carlo,
en 1950: "Adiós muchachos" y "Puente Alsina". Y dos más en
1954, con la orquesta de Heber Escayola: "Ruega por nosotros" y
"Selección de Mariano Mores". Finalmente, en 1969, grabó un larga
duración con 12 temas, acompañado por un cuarteto en que estaban Máximo Mori en
el bandoneón y Lucio Demare al piano.
Previamente, en 1948, apareció cantando el tango
"Uno", en la película argentina "Los Pulpos", actualmente
perdida, dirigida por Carlos Hugo Christensen, con la actuación de Roberto
Escalada, Olga Zubarry, Carlos Thompson y Beba Bidart.
Es a fines de los '50 que otras facetas comenzaron a
distinguirse en sus actuaciones. Da charlas sobre el tango, previas a sus
canciones, otras sobre diversos aspectos de la cultura y el arte y, es en 1960
que sorprende cuando se presenta como participante del programa televisivo de
preguntas y respuestas: "Odol pregunta". El tema elegido es
"Esquilo y el teatro griego". Tras varios programas llegó su
eliminación, lo cual paradójicamente le produjo una corriente de afecto por
parte del público, ya que había sido mal eliminado por una equivocación del
jurado. Así lo hicieron saber especialistas en el tema, profesores de la
Facultad de Filosofía y Letras e incluso llegaron protestas desde la
Universidad de Oxford.
Organizó y dirigió varios grupos teatrales, uno de ellos
llamado "Teatro del tiempo". Realizó giras por Chile y Brasil, viajó
a Europa y trabajó para UNESCO.
Entre 1962 y 1968, estuvo radicado en Uruguay, donde aparte
de cantar, desarrolló actividades periodísticas. Retornó en 1968 para brindar,
con el respaldo de la UNESCO, un ciclo de 38 conferencias para alumnos de los
colegios secundarios.
Después, pasó una larga temporada en Mendoza, creó para
Radio Nacional su programa "Latitud Tango".
Fue autor de algunos temas: letra y música de "Perdón
Madame", "Donde nadie llegó" y "La luna al paredón"
(que habría estado en los repertorios de Fresedo y Troilo con Berón). También
con música de Francisco Tropoli, "Me voy cantando bajito". Un humilde
cantor de un cabaret chileno, fue el inspirador de la letra y el recitado inicial
de este dramático tango. Lo vio en plena caída y se apenó mucho. Sus versos
finales dicen: «Cuando esté en el escenario donde esperan mis canciones,
protéjeme de la gente, que perturba mi muerte. Me voy... me voy cantando
bajito, ¡tengo un contrato celeste!»
De los tantos cantores que pasaron por la orquesta de
Francisco Canaro, a Eduardo Adrián se le debe prestar una especial atención por
la particularidad de su estilo y su afinación. Tenía registro de tenor y un
importante caudal de voz. Fue un cómodo fraseador, de tono romántico, que se
adaptaba sin problemas a las letras de hondo dramatismo. Era un cantor
delicado, lo cual, sumado a su polifacética personalidad, lo convertían dentro
del ambiente en una "rara avis".
Cuando lo conoció "Discepolín", exclamó: «Va a ser
cuestión de arrodillarse, ¡qué por fin en el país del tango haya un cantor que
además sea artista».
fuente: TODOTANGO.
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