viernes, 16 de noviembre de 2012

LOS CHALCHALEROS, TRAYECTORIA 4

HISTORIA DE LOS CHALCHALEROS, CONTADA POR JUAN CARLOS SARAVIA
tomada de la página oficial de los artistas.
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Así, de esta forma, Los Chalchaleros fuimos eligiendo el repertorio de cada disco, de cada show. Nunca nos fijábamos quién era el autor de los temas. Si nos gustaba, la cantábamos, y después preguntábamos de quién era. En los años ochenta también nos acompañó la suerte, y fuimos protagonistas de éxitos muy importantes, además de canciones nuestras como la Zambita del patio i tierra, de Polo y Marcelo Ferreyra; o el vals Plaza 9 de julio, que hicimos con Pancho. A este valcesito lo recuerdo con especial cariño porque refleja una época maravillosa de mi vida, cuando tenía l7 ó l8 años y era un muchacho alto, flaco, y buen mozo, en realidad una pinturita, ese muchacho que todos tenemos en un rincón del corazón .

En ésta época surge la famosa zamba La guitarra perdida, compuesta por Ernesto Cabeza y el poeta salteño José Ríos .Esta zamba nació la noche que le robaron del auto la guitarra a Ernesto. Cuando se enteró Ríos casi se pone a llorar, entonces escribió un poema llamando a la guitarra, un poema al que suscribimos todos, porque realmente la guitarra de Ernesto era un instrumento de lujo, casi angélical. Pero el cuento no termina ahí. Un día, como a los l0 años del incidente del robo, yo me reencontré fugazmente con la vieja guitarra de Ernesto en un estudio de Radio Splendid en el que tocábamos nosotros, y luego una orquesta de tango...
Después de las presentaciones, reconocí la guitarra sobre un piano de cola, salí corriendo del estudio a buscar a Ernesto, pero cuando volvimos la guitarra había sido enfundada y cargada por su nuevo dueño, a quien no pudimos conocer, ni siquiera preguntarle si la había robado o comprado...Supongo que esa mágica guitarra todavía debe seguir dando musicales sonidos

.En el verano de l980 algún otro ángel volvió a quedarse dormido, y un médico nos diagnosticó que Cabeza sufría de un cáncer de esófago. Recuerdo que estábamos en Mar del Plata, en plena temporada, y el golpe fue durísimo. Cabeza murió el 2l de septiembre de l980. Fueron nueve meses de lucha, de visitar al Padre Mario, de parir su propia muerte, que llegó un 2l de septiembre tan importante y decisivo para el grupo como aquel en que Los Chalchaleros fueron gestados.

Durante los 2 siguientes años Los Chalchaleros fueron 3: Polo, Pancho y yo. Ernesto era irreemplazable física y musicalmente. Y no sólo nos dejó su alma en el conjunto. También nos dejó a su sucesor...Cuando enfermó, en enero del 80, teníamos programada una serie de giras por América (Perú, Ecuador, Colombia y los Estados Unidos).Fue por eso que Cabeza me pide un favor: "lleválo a Facundo en mi lugar".
Por ese entonces Facundo estudiaba agronomía y cantaba folklore con Los Zorzales, que eran sus hermanos Santiago y Juan. Así empezamos tocando de vez en cuando con Facundo, y siempre los tres. Muchas veces dejábamos un espacio en el escenario con un micrófono vacío, como si estuviéramos los cuatro cantando. Mientras tanto a Cabeza se le iba apagando la voz, y no sólo ya no cantaba: prácticamente no podía tragar la comida. Pero seguimos adelante como quería Ernesto, y como nos lo pedía el público.


Después de su muerte, Facundo nos empezó a acompañar cuando su carrera universitaria se lo permitía. Hasta que en los clubes y festivales ya nos pedían por contrato al chico .En l983 Facundo Saravia, mi hijo mayor, ya forma parte del elenco estable de Los Chalchas, atrayendo consigo a una multitud de jóvenes que comenzaron a interesarse por el folklore. Desde el momento en que conocieron sus canciones y zambas: Una zamba que trata sobre la desilusión y la soledad que acarrean las drogas (El resplandor), una canción para nuestro país (Una canción de aquí), y una chacarera que intenta convencer a los jóvenes de que el folklore no es una música de y para gente grande (Si de cantar se trata), entre otros temas.La repercusión del ingreso de Facundo a Los Chalchas fue tal, que en l995 se vio obligado a editar un disco como solista ("Transparencias"), y otro más al año siguiente ("Artesanos de la voluntad").De todas formas, la ausencia de Ernesto nos había afectado emotiva y sonoramente. Es decir: empezamos a sonar distinto, y nosotros lo sentíamos como quien siente que está cambiando la piel.
En lo personal, debo admitir que poco a poco fuí dejando de hacer el contraritmo característico de aquellos años mozos de Los Chalchas .

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