sábado, 20 de octubre de 2012

-HORACIO MALVICINO, GUITARRISTA

Un día como hoy.... 20 de octubre... pero de 1929
nacía el músico HORACIO MALVICINO.
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Biografía de NESTOR PINSON publicada
en la página webb TODOTANGO. 

Notas extraídas de su libro “El tano y yo”, 
Editorial Corregidor, 2007.
  h malvicino
GUITARRISTA, COMPOSITOR
Nació el 20 de octubre de 1929.

Mi papá era muy tanguero y yo un muchacho que recién comenzaba a meterme en el tango. Un día me llamó con un grito: «¡Vení, escuchá esta versión!». Era “La cumparsita”, en una versión muy diferente a las conocidas. A él siempre le habían atraído los músicos que con sus arreglos intentaban una expresión distinta, tenía los discos de Maderna y los de la fugaz orquesta de Héctor María Artola (dos intentos de búsqueda hacia nuevos sonidos en el tango). Cuando me puse a su lado a escuchar me susurró: «Es una orquesta europea». Cuando la voz del locutor informó que se trataba de la de Alain Debray: «¿Qué te dije? Un francés, ¿muy bueno, eh?». Volvió sobre el tema unos meses más tarde, cuando se enteró que Debray era un seudónimo de Malvicino.

En su libro “El tano y yo” el propio músico cuenta: «Rodríguez Luque, hombre de radio y productor excelente hizo mucho por mí para que llegara a director del sello Víctor. Un día, la RCA de Francia me propone producir un disco instrumental con temas originales de toda América del Sur y que de la Argentina fueran dos tangos. Elegí “La cumparsita” y “El choclo” y, además, que fuera una versión más “for export”, europea en definitiva.

«Hice los arreglos y algunos detalles como reemplazar el bandoneón por el acordeón, poner algo de percusión, también los palitos esos que se usan en la música tropical, los violines al unísono y bronces. Se grabó y se envió. Era Horacio Malvicino y su orquesta.

«Me olvidé, pasaron dos años hasta que un publicista encontró en la RCA una apertura musical para la campaña de un producto en la televisión. Fueron dos minutos y, muy pronto, las disquerías comenzaron a pedir al sello esa versión de “La cumparsita”, muy solicitada por el público.

«Rápidamente, se fabricaron discos en 45 rpm con ese tango y en la otra faz la música del film francés “Zeta”. La etiqueta rezaba: “por Alain Debray y la orquesta de Champs Elisee”. Resultó que mi apellido italiano no había gustado y entonces juntaron Alain, por el actor Delon y el apellido Debray, por el periodista francés que había realizado un reportaje al Che Guevara, Regis Debray. Se editó en 26 países, fueron dos millones de unidades las vendidas pero aquí, cuando supieron que no era un francés sino un simple músico argentino, las ventas bajaron muchísimo».

Otros tangos grabados más adelante como Debray fueron: “A media luz”, “Adiós pampa mía”, “Balada para un loco”, “Caminito”, “Cicatrices”, “El pañuelito” y “El escondite de Hernando”.

Asimismo, formó parte de una idea que concretara el singular glosador Juan Francisco López —“Lopecito”—, el trío Los Muchachos de Antes, con repertorio de la guardia vieja. Los músicos, también vinculados al jazz eran: Panchito Cao (director y clarinetista), Aldo Nicolini (contrabajo) y Malvicino (guitarra eléctrica). Los títulos del repertorio: “El esquinazo”, “El torito”, “Qué noche”, “Amor y celos”, “Armenonville”, “El porteñito”, “El africano”, “El apache argentino”, entre otros clásicos.

Como arreglador y director hizo de todo, escribió para obras musicales en televisión, fabricó jingles, musicalizó películas y acompañó infinidad de conjuntos de ritmos diversos y de tango. Pero lo suyo fue el jazz hasta que lo atrapó Astor Piazzolla.

En 1955, el autor de “Nonino” le propuso formar parte de su octeto junto a Enrique Francini, José Bragato, Hugo Baralis, Roberto Pansera –pronto reemplazado por Leopoldo Federico-, Atilio Stampone y Aldo Nicolini -luego reemplazado por Juan Vasallo- y el propio Astor, “El maestro” (como lo llama Malvicino en su libro).

Antes del debut, decidieron pedirle a Osvaldo Pugliese que los escuchara. Fue una función con varios temas sólo para él, efectuada en el Rendez Vous, de Osvaldo Fresedo. Al terminar le preguntaron si lo que se proponían presentar era o no tango. Pugliese con toda seriedad les dijo que sí y siguieron adelante.

La presentación fue en el palacio Hume de don Ignacio Pirovano, ubicado en la avenida Alvear y Rodríguez Peña, luego sede del Ministerio de Cultura de la Nación. Estaban el dueño de casa y una serie de invitados suyos.

El octeto originó una verdadera revolución. El público más tradicional —casi hasta el presente—, no dejó de denostar esa música, pero para otros sectores culturales de entonces, fue una innovación y despertó admiración. Pero los insultos duraron años. Hoy Piazzolla es mundialmente aceptado. Orquestas sinfónicas, cuartetos y solistas de todo el mundo tocan sus transcripciones.

Malvicino tuvo sus primeros contactos con el tango a los 16 años, en Concordia su ciudad natal, con el bandoneonista Alberto Caracciolo y el guitarrista Héctor Besada. Luego, formaron un conjunto para actuar en Buenos Aires en Radio Splendid, pero nada de tango sino música hawaiana. Caracciolo tocaba el órgano y escribía los arreglos.

«Me tuvo que dar permiso mi padre, yo era un menor de edad. Cuando definitivamente me instalo en la Capital me pongo a estudiar medicina, vivo en sencillos hoteles y agarro todo el trabajo que se me presenta. Pero el dinero apenas alcanzaba y yo siempre con la misma ropa. Por eso algún compañero comenzó a llamarme “Malvestiti”. Pasó el tiempo hasta que el recordado Héctor Gagliardi comenzó a decirme “Malveta”, quedaba mejor, y así quedó hasta el presente.

«El Octeto no era tenido en cuenta para grabar, pero apareció el primer sello discográfico independiente, Disc.Jockey, gracias al esfuerzo de seis socios, uno de ellos era yo. El fundador, el de la idea, Rodríguez Luque, hombre de radio con un exitoso programa musical todas las noches por Radio Mitre, “Música en el aire”, aunque sin nada de tango. Realizamos dos vinilos, en el segundo hubo un tema de cada uno de los componentes. “Tema otoñal” (Francini), “Anoné” (Hugo Baralis), “Neo tango” -actualmente “Cabulero”- (Leopoldo Federico) y “Tangology” (Malvicino). El octeto no tuvo larga vida, económicamente no funcionó y los muchachos tomaron otros rumbos.

«Entonces vino el primer Quinteto de Astor, con Symsia Bajour (violín), Quicho Díaz (contrabajo), Jaime Gosis (piano), El Maestro y yo con mi guitarra. Grabamos un disco que recibió muchos elogios, en él estaba por primera vez “Nonino” (el padre de Astor) y comenzaron las giras, primero por el continente y luego, por todo el mundo y todos sus rincones».

En su libro confiesa su terrible impuntualidad y su afición por las carreras de caballos, vicio heredado de su padre y que a su vez transmitió a sus dos hijos varones. Perdió dinero, pero se dio el gusto, cuando ya disfrutando otra posición económica, llegó a tener su propio stud, el San Antonio.

También, cuenta que cuando se fue Bajour del quinteto, acompañó a Astor a Rosario para escuchar a un violinista que le habían recomendado. Curiosamente al hombre lo vieron tocando el acordeón, era Antonio Agri que tocaba los dos instrumentos.

Tiempo después, Piazzolla decidió quedarse en Italia y Malvicino inició una importante actividad como arreglador, formó varias agrupaciones y acompañó cantores de “la nueva ola”, música que estaba desplazando al tango.

«Por los años 60 estuve otra vez con Astor, fue en Radio El Mundo junto a Gosis, Elvino Vardaro y otros muchachos. Un lujo. Su “Nonino” se transformó en “Adios Nonino”, al que siempre le agregaba algo. Cuando arregló el comienzo con solo de piano de minuto y medio se le ocurrió que podía hacerlo Dante Amicarelli. En el ensayo todo fue bien. Pero Astor se disgustó porque el ejecutante no tuvo dificultades. Era sabido que, si su trabajo no causaba problemas, se ponía mal. Cosas propias de Astor. Entonces cambió todo lo hecho y presentó otro arreglo lleno de trampas y complicaciones. Llamó nuevamente a Dante Amicarelli, éste se sentó al piano, echó una rápida mirada al pentagrama y lo tocó sin errores. Astor ardía y antes que pudiera decir nada, Dante se adelantó y dijo como para sí mismo: “¡Está lindo este arreglito!” Fin del problema, y así llegó al disco».

Las idas y vueltas con Piazzolla fueron permanentes. Después de un tiempo separados vuelven a juntarse en Los Eléctricos, conjunto que integraban con Juan Carlos Cirigliano (piano eléctrico), Adalberto Cevasco (bajo eléctrico), El Gordo Giacobe (órgano), Daniel Piazzolla (percusión) y Antonio Agri (violín). Más tarde se separan y Horacio continuó con sus cosas, utilizando nuevos nombres artísticos: Gino Bonetti, El Gaitero de Texas y otros.

«Vuelvo con Astor para otra ocurrencia suya, un sexteto. En lugar de violín un violonchelo, José Bragato, Gerardo Gandini (piano), Héctor Console (bajo), Julio Pane junto a él en un segundo bandoneón y yo con mi guitarrita. Después por diversas causas aparecieron Ángel Ridolfi (bajo), Daniel Binelli por Pane. La formación no andaba, a desinteligencias internas por motivos musicales Astor comenzó a sufrir desarreglos de salud y, poco después, resolvió no tocar más en conjunto. Fue en París, y allí, cuando bajó del vehículo que nos llevaba, no miró a nadie y al pasar por mi lado me dijo: “¡Chau Tano!”, fue la última vez que lo vi. Él continuó unos dos años haciendo giras con grupos sinfónicos hasta que tuvo su accidente cerebral».

Finalmente, es importante destacar que jazz tocó con todos los grandes músicos del mundo y, en lo referido al tango, aparte de su etapa fundamental con Astor, formó conjuntos para acompañar en grabaciones a una buena cantidad de vocalistas. Sólo como ejemplos y sin orden cronológico, acompañó a Horacio Casares, a Hugo Marcel y a Elvira De Grey's.

Notas extraídas de su libro “El tano y yo”, Editorial Corregidor, 2007.
Fuente: TODOTANGO.
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PAMPERO

ALAIN DEBRAY - LA CUMPARSITA
OCTETO ELECTRÓNICO DE ASTOR PIAZZOLLA

TICO TICO NO FUBA



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