martes, 14 de agosto de 2012

ATAHUALPA YUPANQUI, BIOGRAFIA PARTE 5



BIOGRAFÍA DE ATAHUALPA YUPANQUI - parte 5 - 1964-1988

por MIGUEL ANGEL GUTIERREZ

publicado en la webb oficial de don Atahualpa Yupanqui

FUNDACION ATAHUALPA YUPANQUI.ORG.AR

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1964-1988



En 1964 realiza su primer viaje a Japón, país que recorre palmo a palmo, desde las ciudades más importantes hasta las aldeas más remotas. Todo es para Yupanqui motivo de fascinación. En ese "misterioso descubrimiento mutuo", se siente hermanado en, ¡vaya a saber qué abuelos!, de qué milenios, antes de qué siglos. Desde allí trajo una bella canción de cuna que grabó en uno de sus discos, "Nem Kororó"; aunque dejó a cambio su lastimado corazón en un poema: Hiroshima
"Como Ave Fénix, de las cenizas renaciendo.
Como una Sinfonía de Beethoven
que alcanza la alegría a través del dolor.
Como un héroe legendario resucitando en cada célula,
organizando el pulso de las arterias,
vigorizando el músculo,
lavando el alma con agua y luz de siglos
hasta recuperarte y consagrarte
al oficio y al libro,
al canto y la esperanza.
Labrador del futuro, gran sembrador del sueño,
Así mi corazón te siente, enamorado,
¡Hiroshima!
Qué noche fue tu noche, kimono desgarrado.
Cuando todo era sol sobre la tierra.
El horror sin fronteras, y la ciudad sin niños,.
Ni pinos en las sierras, ni arrozal en los prados.
Ni un ave, ni una flauta de bambú
contando historias bajo las estrellas.
Todo fue un gran silencio, sin salmo, sin adioses.
Ni lágrima ni salmo.
Sólo un inmenso asombro horrorizado.
¡Hiroshima!
Pero Dios custodiaba tu ternura,
Tu sagrada semilla, tu voz profunda.
Y te recuperaste, y renaciste,
Hasta pintar de nuevo la timidez graciosa del cerezo.
Y las madres pudieron en la tarde
Recomenzar el canto interrumpido.
¡Nem Kororó! ¡Nem Kororó!
Así te siente mi corazón enamorado.
Así te canta mi guitarra Argentina.
Así te digo adiós y en ti me quedo.
¡Hiroshima!.

Estas experiencias las vuelca Yupanqui en una serie de apuntes poéticos que Editorial Aguilar publica con el título, "Del algarrobo al cerezo". Testimonio lleno de emotividad en el que Yupanqui propone paralelismos y comparaciones que solamente su espíritu universal es capaz de establecer y transmitir. Expresa en la despedida de ese libro: 

"Vuelvo a la sombra de mis viejos algarrobos llevándome un tímido botón de tus cerezos. Yo me voy, con la noche me voy. Pero mucho de mí queda contigo, junto a tus casitas de papel y silencio, junto a los lotos en la bruma de tus lagos, en la nieve que decora el arrozal, en el misterio azul del Fujiyama. Sayonara Japón... Sayonara.”

Si Japón acogió con amplitud el mensaje Yupanquiano, desde 1968 es España la que abre su espléndida caja de resonancias para atesorar el sonido y la palabra de Atahualpa. Durante todo ese año recorrió la geografía de la Madre Patria, como siempre, de pueblo en pueblo... de asombro en asombro. Diría después..."En cualquier canción que nosotros cantemos, en nuestra manera de dolernos o de esperanzarnos, hay una vieja herencia. En la más gaucha de nuestras coplas anda por ahí un abuelo español dando consejos".
España enriquece a nuestro artista, pero le reconoce también su jerarquía. La Revista "Discóbolo" de Madrid comenta el 9 de Noviembre de 1968 ante el último recital de Yupanqui en el Palacio de la Música: "Atahualpa ha vuelto a partir de nuevo, esta vez a Francia. Y aunque otro poeta dijo que partir es morir un poco, Atahualpa no morirá nunca porque él está latente en el tiempo. Porque su corazón errante lo mantiene inquieto y en su afán de cantar a las gentes doquiera se encuentren, ha recorrido la Península de Norte a Sur, de Este a Oeste, durante nueve meses que ha permanecido en ella"
"Por un camino de España
camina mi corazón:
antes no se conocían,
hoy son amigos los dos...
Por un camino de España
camina mi corazón.

Francia, 1968. Regresa al lugar en el que había sido descubierto veinte años antes, París. "Le Monde", en su edición del 12 de diciembre de ese año comenta: 

"Su nombre suena como un eco de leyenda y se sabe que él lo ha escogido en homenaje a sus abuelos... Para la Argentina, su país natal, como para América Latina, Yupanqui es el poeta de la guitarra, que recorre los pueblos, llanuras y sierras para cantar el alma india con fervor mesiánico. En realidad, detrás de esa imagen romántica, se oculta un artista complejo; un poeta social".
En febrero de 1968, Yupanqui fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras de Francia por el Ministerio de Cultura de ese país, por la labor realizada a lo largo de 18 años de actuar y brindar su literatura al país galo. Algunas de sus canciones son incluidas en los programas de Institutos y Colegios donde se enseña literatura castellana. La gente lee sus coplas. En 1968 se publica la traducción de su novela "Cerro Bayo", con el título "Horizons de Pierre" (Editións Messidor, París) y en 1983 ve la luz un libro titulado "Atahualpa Yupanqui", un ensayo de Francoise Thanas (Le Livre a venir de París). La primera parte es la traducción del poemario yupanquiano; la segunda y la tercera, un ensayo de interpretación sobre el poeta y el compositor.




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