miércoles, 18 de julio de 2012

COPLAS DEL PAYADOR PERSEGUIDO (2) - ATAHUALPA YUPANQUI


COPLAS DEL PAYADOR PERSEGUIDO (Milonga)
Letra y Música: don ATAHUALPA YUPANQUI


PARTE 2

Allí nos amontonaban en lote con otros criollos
Cada cual buscaba un hoyo ande quinchar su guarida
Y pasábamos la vida rigoriaos y sin apoyo.

Faltar, no faltaba nada, vino, café y alpargatas
Si habré revoleao las patas en gatos y chacareras
Recién la cosa era fiera al dir a cobrar las latas.

¡Que vida más despareja!, todo es ruindad y patraña
pelar cañas es hazaña del que nació pal rigor
allá había un solo dulzor y estaba adentro ‘e la caña.

Era un consuelo pal pobre andar jediendo a vinacho
Hombres grandes y muchachos como malditos en vida
Esclavos de la bebida se lo pasaban borrachos.

¡Tristes domingos del surco los que yo he visto y vivido!
Desparramaos y dormidos en la arena amanecían
A lo mejor soñarían con la muerte o el olvido.

Riojanos y santiagueños, salteños y tucumanos,
con el machete en la mano volteaban cañas maduras,
pasando sus amarguras y aguantando como hermanos.

¡Rancho techao con maloja, vivienda del pelador!
En medio de ese rigor no faltaba una vigüela,
con que el pobre se consuela cantando coplas de amor.

Yo también, que desde chango unido al canto crecí,
más de un barato pedí y pa'los piones cantaba.
¡Lo que a ellos les pasaba también me pasaba a mí!

Cuando yo aprendí a cantar armaba con pocos rollos.
Y en la orilla de un arroyo, bajo las ramas de un sauce
Crecí mirando en el cauce mis sueños de pobre criollo.

Cuando sentí una alegría, cuando el dolor me golpió,
Cuando una duda mordió mi corazón de paisano,
Desde el fondo de los llanos vino un canto y me curó.

En esos tiempos pasaban cosas que hoy ya no pasan
Cada cual tenía un cantar o copla de anochecida
Formas de curar la herida que sangra en el trajinar.

Algunos cantaban bien, otros, pobres, más o menos
Más no eran cantos ajenos aunque marcas no tenían.
Y todos se entretenían guitarreando hasta el desvelo.

Por ahí se allegaba un máistro, de los puebleros letraos,
Juntaba tropa é verseaos que después iban a un libraco
Y el hombre forraba el saco con lo que otros han pensao.

Los peones formaban versos con sus antiguos dolores,
Después vienen los señores con un cuaderno en la mano,
Copian el canto paisano y presumen de escritores.

El criollo cuida su flete, su guitarra y su mujer;
siente que enfrenta un deber cada vez que da la mano;
y aunque pa'todo es baquiano sólo el canto ha de perder.

¡Coplas que lo acompañaron en las quebradas desiertas,
aromas de flores muertas y de patriadas vividas,
fueron la luz encendida  para sus noches despiertas!...

Se aflije si se le pierde un bozal, un maneador,
pero no siente furor  si al escucharle una trova,
viene un pueblero y le roba su mejor canto de amor.

De seguro, si uno piensa, le halla el nudo a la madeja,
Porque la copla más vieja como la raíz de la vida,
Tiene el alma por guarida que es ande anidan las quejas.

Por eso el hombre al cantar con emoción verdadera,
echa su pena pa´juera, pa´ que la lleven los vientos,
y así, siquiera un momento, se alivia la embichadera.

No es que no ame su trova, ni que desprecee su canto,
Es como cuando un quebranto en la noche de los llanos
Hace aflojar al paisano y el viento le lleva el canto.

En asuntos del cantar la vida nos va enseñando,
Que sólo se va volando la copla que es livianita,
Siempre caza palomitas, cualquiera que anda cazando.

Pero si el canto es protesta contra la ley del patrón,
Se arrastra de peón a peón en un profundo murmullo,
Y marcha al ras de los yuyos como chasque en un malón.

Se pueden echar mil trovas ande se canten quereres,
Versos de dichas, placeres, carreras y diversiones,
Suspiros de corazones y líricos padeceres.

Pero si la copla cuenta, del paisanaje, la historia,
Ande el peón vueltéa la noria de las miserias sufridas,
Ésa se queda prendida como abrojo en la memoria.

Lo que nos hizo dichosos, tal vez se pueda olvidar,
Los años, en su pasar mudarán los pensamientos,
Pero angustias y tormentos son marcas que han de durar.

Esas cosas que yo pienso no salen por ocurrencia,
para formar mi esperencia yo masco antes de tragar,
Ha sido largo el rodar de ande saqué la advertencia.

Si uno pulsa la guitarra pa cantar coplas de amor,
de potros, de domador, de la sierra y las estrellas,
dicen : ¡Qué cosa más bella! ¡Si canta que es un primor!

Pero si uno, como Fierro, por ahíi se larga opinando,
el pobre se va acercando con las orejas alertas,
y el rico vicha la puerta y se aleja reculando.

Debe trazar bien su melga quien se tenga por cantor,
porque sólo el impostor se acomoda en toda huella.
Que elija una sola estrella quien quiera ser sembrador...


Parte 2


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