miércoles, 18 de julio de 2012

COPLAS DEL PAYADOR PERSEGUIDO (1) - ATAHUALPA YUPANQUI



COPLAS DEL PAYADOR PERSEGUIDO (Milonga)

Letra y Música: don ATAHUALPA YUPANQUI


PARTE 1
Con su permiso voy'a dentrar, aunque no soy convidao'
pero en mi pago un asao' no es de naides y es de todos.
yo via' cantar a mi modo después que haiga churrasqueao'.

No tengo Dios pa´pedir coartada en este ocasión
Ni puedo pedir perdón si entuavía no he faltao
Veré cuando haiga acabao pero esa es otra cuestión.

Yo se que muchos dirán que peco de atrevimiento,
si largo mi pensamiento pa' l rumbo que ya elegí;
pero siempre he sido así galopeador contra el viento.

Eso lo llevo en la sangre dende mi tatarabuelo
Gente de pata en el suelo fueron mis antepasaos
Criollos de cuatro provincias y con indios misturaos.

Mi abuelo fue carretero, mi tata fue domador
Nunca se buscó dotor pues se curaban con yuyos
O escuchando los murmuyos de un estilo de mi flor.

Como en buen rancho paisano nunca faltó la encordada
De esas que parecen nada pero que son sonadoras
Según el canto y la hora quedaba el alma sobada.

Mi tata era sabedor por lo mucho que ha rodao
Y después que había cantao destemplaba cuarta y prima
Y le echaba un poncho encima para que no hable demasiao.

La sangre tiene razones que hacen engordar las venas,
pena sobre pena y pena hace que uno pegue el grito;
la arena es un puñadito pero hay montañas de arena.

No sé si mi canto es lindo o si saldrá medio triste
nunca fui zorzal ni existe plumaje más ordinario,
yo soy pájaro corsario que no conoce el alpiste.

Vuelo porque no me arrastro, que el arrastrarse es la ruina;
anido en árbol de espina lo mesmo que en cordilleras
sin escuchar las zonceras del que vuela a lo gallina.

No me arrimo así nomás a los jardines floridos.
Sin querer vivo alvertido pa' no pisar el palito.
Hay pájaros que solitos se entrampan por presumidos.

Aunque mucho he padecido no me engrilla la prudencia.
Es una falsa experiencia vivir temblándole a todo.
Cada cual tiene su modo; la rebelión es mi cencia.

Pobre nací y pobre vivo por eso soy delicao
Estoy con los de mi lao cinchando tuitos parejo
Pa´ hacer nuevo lo que es viejo y verlo al mundo cambiao.

Yo soy de los del montón no soy flor de invernadero,
igual que el trébol campero crezco sin hacer barullo,
me apreto contra los yuyos y así lo aguanto al pampero.

Acostumbrao' a las sierras yo nunca me sé marear
y si me siento alabar me voy yendo despacito
pero aquel que es compadrito paga pa' hacerse nombrar.

Si alguien me dice señor, agradezco el homenaje;
mas, soy gaucho entre gauchaje y soy nada entre los sabios.
Y son pa' mi los agravios que le hagan al paisanaje.

La vanidá es yuyo malo que envenena toda la huerta.
Es preciso estar alerta manejando el azadón,
pero no falta el varón que la riegue hasta en su puerta.

El trabajo es cosa buena, es lo mejor de la vida;
pero la vida es perdida trabajando en campo ajeno.
Unos trabajan de trueno y es para otros la llovida.

Trabajé en una cantera de piedritas de afilar
Cuarenta sabían pagar por cada piedra pulida
Y era a seis pesos vendida en eso de negociar.

Apenas el sol salía ya estaba a los martillazos
Y entre dos a los abrazos con los tamaños piedrones
Y por esos moldejones las manos hechas pedazos.

Otra vez fui panadero y hachero en un quebrachal,
He cargao bloques de sal y también he pelao cañas
Y un puñao de otras hazañas pa´mi bien y pa´mi mal.

Buscando de desasnarme fui pinche de escribanía;
la letra chiquita hacía pa' no malgastar sellao,
y era también apretao el sueldo que recibía.

Cansao de tantas miserias me largué pal Tucumán.
Lapacho, aliso, arrayán, y hacha con los algarrobos.
¡Por dos cincuenta! Era robo pa' que uno tenga ese afán.

Sin estar fijo en un lao a toda labor le hacía,
y ansí sucedió que un día que andaba de benteveo
me topé con un arreo que dende Salta venía.

Me picó ganas de andar y apalabré al capataz,
Y ansí, de golpe nomás, el hombre me preguntó:
¿tiene mula?, como no, le dije, y hambre de más.

A la semana de aquello repechaba cordilleras
Faldas, cuestas y laderas, siempre pal´lao del poniente
Bebiendo agua de vertiente y aguantando las soleras.

Tal vez otro haya rodao, tanto como rodé yo
Pero le juro, créamelo, que he visto tanta pobreza
Que yo pensé con tristeza, Dios por aquí, no pasó.

Se nos despeñó una vaca, causa de la cerrazón
Y nos pilló la oración cuereando y haciendo asao
Dende ese día cuñao se me gastó mi facón.

Me sacudí las escarchas cuando bajé de los Andes
Y anduve en estancias grandes cuidando unos parejeros
Trompeta, tapa y sombrero, pero pa los peones, de ande?

La peonada al descampao, el patrón en Buenos Aires
Nosotros el culo al aire con las caronas mojadas.
Y la hacienda de invernada más relumbrosa que un fraile.

El estanciero tenía también sus cañaverales
Y en los tiempos otoñales juntábamos los andrajos
Y nos íbamos pa´bajo dejando los pedregales.

Parte 1



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