martes, 31 de julio de 2012

-AGESILAO FERRAZZANO, MÚSICO


Un día como hoy..... 31 de julio..... pero del año 1897..... nacía 
AGESILAO FERRAZZANO.
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Biografía de AGESILAO FERRAZZANO,

escrita por Horacio Loriente,

publicada en TODOTANGO.



VIOLINISTA, DIRECTOR, COMPOSITOR

31 de julio de 1897 - 18 de enero de 1980

Nombre completo: Agesilao Francisco Ferrazzano



Personalísimo violinista del tango nacido en Buenos Aires. Su primer compromiso profesional fue en la orquesta de Roberto Firpo, donde debutó como segundo violín, cuando el primero y único era Tito Roccatagliata. El conjunto lo formaban además, Alejandro Michetti como flautista y el maestro director en el piano. Transcurría el año 1914.



Dos años más tarde, debutan en Montevideo en el carnaval de 1916 realizando los bailes del teatro "Urquiza", presentándose además en el café y confitería "La Giralda". En dicho local, participa en el estreno de "La comparsita”. Al regresar a Buenos Aires, transcurridos unos meses se aleja del elenco Roccatagliata pasando entonces Agesilao a ser primer violín y produciéndose el debut de Cayetano Puglisi.



Se aleja de Firpo a fines de 1917, pasando a ser primer violín Cayetano Puglisi e ingresando al conjunto, como segunda cuerda, Adolfo Muzzi.
 
Dos formaciones estelares lo tienen entonces como protagonista. En 1918, con la orquesta Flores; Carlos V. Geroni Flores (piano), Ferrazzano y Bernardo Germino (violines); Ricardo Luis Brignolo y Roque Biafore(bandoneones). Al año siguiente arma el conjunto Gorrese-Ferrazzano. Integrado porVicente Gorrese, piano; violinistas Ferrazzano y Germino; Luis D'Abraccio y Enrique Mollet bandoneones.



Realiza una temporada en el cabaret Maxim's formando parte de la orquesta de Eduardo Arolas.



En 1920, forma con Enrique Delfinoy Tito Roccatagliata a Estados Unidos y entonces, Carlos V. Gerona Flores reemplaza a "Delfy" en el piano. De esta espléndida conjunción han quedado importantes testimonios discográficos.



En 1922, se produce la trascendente novedad de la formación de la orquesta de Osvaldo Fresedo, que inicia sus grabaciones para los discos Victor. La base fue el "Cuarteto de Maestros" (conjunto que había formado cuando volvió de Norteamérica), es decir, Fresedo, Ttito, Ferrazano y Cobián complementados con el bandoneonista uruguayo Alberto Rodríguez y Leopoldo Thompson en contrabajo.



Pese a su intenso trabajo en la orquesta Fresedo, Ferrazzano hace una escapada -que le permite hacer uno de los cruceros al sur en el buque Cap Polonio- formando en las filas de la orquesta de Francisco Lomito.



En 1923, es requerido por Juan Carlos Cobián-ya desvinculado de Fresedo- y comienza enseguida a grabar discos. No se puede omitir la mención de aquel conjunto de notables cultores del tango. Juan Carlos Cobián (piano), Luis Petrucelli y Pedro Mafia (bandoneones), Agesilao Ferrazzano (primer violín), Julio De Caro (segundo violín)



A comienzos de 1925, Francisco Canaro,lo apalabra para viajar a Europa. A modo de avanzada para preparar todo, el famoso autor de "Setimiento gaucho" se embarca en el vapor "Alsina" el 10 de marzo de 1925, viajando posteriormente sus músicos, Carlos Marcucci, Juan Canaro, Agesilao Ferrazzano, Fioravanti Di Cicco, Rafael Canaro y Romualdo Lo Moro. Seis meses más tarde, después de actuar en París, Ferrazzano se convierte en músico fundador de la famosa Típica Víctor, formada principalmente para contrarrestar el alejamiento de Osvaldo Fresedo de ese sello grabador.



El 9 de noviembre de 1925, esta orquesta, integrada conVicente Gorrese, piano; Ciriaco Ortiz, Luis Petrucelli y Nicolás Primiani, bandoneones; Agesilao Ferrazzano, Manlio Francia y Eugenio Romano, violines y Humberto Constanzo, contrabajo, abría fecundo surco en nuestra música ciudadana, con los tangos "Olvido" de Angel D’Agostino y "Sarandí" de Juan Baüer Con renovación de músicos la orquesta Típica Víctor siguió dictando cátedra hasta la década del 40.



Encabeza enseguida la orquesta Ferrazzano-Pollero, que se presenta con gran suceso en el cabaret "Folies Bergere" de Buenos Aires. Se trataba de un numeroso y calificado conjunto integrado por Julio Fava Pollero(pianista uruguayo), Agesilao Ferrazzano primer violín, acompañado en ese instrumento por Eugenio Nóbile y Remo Bernasconi; Salvador Grupillo y Nicolás Primiani (bandoneones);Nerón Ferrazzano, hermano del codirector y uno de los más notables violoncelistas del tango; Olindo Sinibaldi (contrabajo) y Salomón Nisguritz (batería). En esa etapa en que compartió con Pollero la dirección de las orquestas, crearon en colaboración dos hermosos tangos: "Cuando tu me quieras", con letra de Francisco Bohigas y "Una tarde", con versos de Benjamín Tagle Lara.



Nuestra cronología nos ubica en el año 1927. Agesilao, desvinculado de Pollero, forma nueva orquesta para actuar en el cabaret Florida y logra un contrato para grabar discos, labor que cumple hasta el mes de octubre. En noviembre, emprende nuevamente viaje a Europa desde Buenos Aires, con una breve escala en Montevideo para interesar a Héctor María Artola -por encargo de Eduardo Bianco- para que lo acompañara. Así fue y ambos músicos embarcaron con destino final a París, donde arribaron en vísperas de Navidad.



Se sabe que en Europa trabajó intensamente formando parte de diversas orquestas pero nunca regresó al Río de la Plata. Algún tiempo estuvo radicado en Italia, donde alcanzó a cumplir muchos años, también anduvo por el resto del viejo continente, África y Brasil, pero esa es otra historia que algún día conoceremos mejor. Aquí reseñamos su labor artística, intensa y fecunda, que cumplió en Buenos Aires desde aquella incorporación, aún adolescente, a la orquesta de Firpo y culminada con sus discos de 1927.



Falleció en el Líbano, donde estaba establecido, según nos informó su nieto Marc.

fuente: página webb TODOTANGO
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                       LA MUSA MISTONGA

domingo, 29 de julio de 2012

LOS ALTAMIRANO, fallecimiento de Mario Altamirano


Homenaje a MARIO ALTAMIRANO, fundador y voz principal del grupo folflórico LOS ALTAMIRANO, que durante más de cuarenta años ha aportado a nuestra cultura. Cantor de impresionante voz, autor y compositor de muchos temas durante todos estos años.


 
Los Altamirano REVELACION DE COSQUIN 69  
Esta es una pequeña historia. Que en Cosquín se repite todos los años. Jóvenes que llegan con un sueño: actuar en el escenario Mayor del folklore argentino. Desconocidos que intentan trascender. Conquistar el aplauso grande. Julio, Daniel y Mario Altamirano estaban en eso. Y pudo ser, merced a la ayuda de un núcleo de amigos que allá en Mendoza logró reunir eldinero necesario para los pasajes. El primer paso estaba dado. Faltaba un detalle fundamental. Lograr que la Comisión del Festival Nacional de Folklore los escuchará. Y también se dió. El Doctor Reynaldo H. Wisner, Presidente de Cosquín 69, autorizó la presentación de "Los Altamirano". El sueño comenzaba a convertirseen realidad. El canto de tres jóvenes mendocinos se adueñó de la noche coscoína. Y la Plaza Nacional del Folklore levantó su aplauso a nivel de ovación. La interpretación de "Nombrando vidalas" había trepado hasta la emoción más alta de la multitud. En la programación estaba prevista una sola canción. Pero tuvieron que ser más. Julio, Daniel y Mario, no lo podían creer. Cosquín.si. Porque con Los Altamirano se volvía a dar un hecho que se repite todos los años en el Festival más importante de nuestro país.La consagración de nuevas voces que allí tuvieron su primera posibilidad, para luego trascender al plano nacional. Aquí, en este disco, ha quedado grabada la inquietud cancionera de "Los Altamirano". Para el juicio de los entendidos. Para la opinióndel público. Con la simpleza y el sentimiento que pusieron de manifiesto en Cosquín 69. Pero con el propósito de superarse permanentemente. Ellos saben que deben estudiar, perfeccionarse. Con ese convencimiento ya están andando el camino del canto. Que siempre lo transiten con dignidad.
JULIO MARBIZ
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Ha fallecido MARIO ALTAMIRANO, el viernes 27 de julio, en Buenos Aires, luego de una larga enfermedad.
"Voy a cantar esta copla, por si acaso muero yo, porque nosotros los hombres, hoy somos, mañana no... cuando me pille la muerte, quiero esperarla cantando, convidarla vino adentro, quien sabe la salga amando".  Con estas coplas nos deleitaba Mario Altamirano, fallecido el día viernes 27 de corriente en Buenos Aires, victima de una enfermedad incurable. Los Altamirano fueron puro folklore nacional, nacidos en La Consulta, Mendoza y llegados al escenario mayor del folkore para ser consagracion en el año '69 y perdurar durante mas de 40 años.  Mario, que era el único Altamirano que quedaba en el conjunto, llegaba periódicamente a nuestra provincia para deleitarnos con las canciones exitosas del grupo y para hacer escuchar su voz y su guitarra.  Fue fundador del conjunto junto a sus hermanos Daniel y Carlos (ya fallecido). Luego pasaron también su hermano Julio, Jorge Fleitas, José Álvarez, Jesús Coraza, Pembe Farías y Juancito Morganti.  Farías y Morganti compartieron la última presentación que realizaron Los Altamirano en público, presisamente aquí en General Pico el viernes 13 de abril de este año.  A partir de entonces Mario empezó a padecer los avatares de esta enfermedad que lo llevó a la muerte.  En la casa del Señor estará cantando con su hermano Carlos, con el Chango Nieto, con los los Cantores del Alba, con Romero y Bulacio de los Tucu Tucu y muchos artistas más que nos han dejado para siempre.   fuente, Maracódigital, General Pico,La Pampa
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viernes, 27 de julio de 2012

ATAHUALPA YUPANQUI , A QUE LE LLAMAN DISTANCIA??


Comentario de Cucho Marquez:
Yupanqui fue un viajero infatigable. Primero, porque de joven su interés por conocer todos los rincones de la patria fue tan grande, que le llevó a peregrinar por todo el país, desde su Pergamino natal en la provincia de Buenos Aires hasta las tierras cordobesas del Cerro Colorado donde más tarde fijó su residencia, pasando por su querido Tucumán y todo el Noroeste. En segundo lugar, porque sus ideas políticas le obligaron a buscar tierra de asilo, mientras aguardaba que vinieran tiempos mejores.Y por último, por exigencias de su dilata carrera artística que le llevó a viajar, llevando su canción de continente en continente. Como muchos artistas latinoamericanos acabó sus días en Europa, lejos de su tierra, a la que siempre llevaba dentro de su corazón: el único lugar para el que no existen las distancias. La primera grabación de esta milonga fue realizada por el propio Yupanqui, el 10 de Octubre de 1955.

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A QUE LE LLAMAN DISTANCIA???  (milonga)

Música y letra:  Atahualpa Yupanqui

 
¿A qué le llaman distancia?:
eso me habrán de explicar.
Sólo están lejos las cosas
que no sabemos mirar
 
Los caminos son caminos
en la tierra y nada más.
Las leguas desaparecen,
si el alma empieza a aletear.
 
Hondo sentir, rumbo fijo,
corazón y claridad:
si el mundo está dentro de uno,
¿afuera, por qué mirar?
 
¡Qué cosas tiene la vida
misteriosas por demás!
Uno está donde uno quiere,
muchas veces sin pensar.
 
Si los caminos son leguas
en la tierra y nada más,
¿a qué le llaman distancia?:
eso me habrán de explicar.


don ATAHUALPA YUPANQUI // MILONGA DEL SOLITARIO


MILONGA DEL SOLITARIO  (Milonga)
Música y letra: Atahualpa Yupanqui 
 
Me gusta de vez en cuando 
perderme en un bordoneo, 
porque bordoneando veo 
que ni yo mesmo me mando. 
Las cuerdas van ordenando 
los rumbos del pensamiento. 
Y en el trotecito lento 
de una milonga campera, 
va saliendo campo afuera 
lo mejor del sentimiento. 
 
Ninguno debe pensar 
que vengo en son de revancha; 
no es mi culpa si en la cancha 
tengo con qué galopar. 
El que me quiera ganar 
ha’i tener buen parejero. 
Yo me quitaré el sombrero 
porque ansí me han enseñao, 
y me doy por bien pagao 
dentrando detrás del primero. 
 
Siempre en voz baja he cantao 
porque gritando no me hallo. 
Grito al montar a caballo 
si en la caña me he bandeao. 
Pero tratando un versiao 
ande se cuenten quebrantos, 
apenas mi voz levanto 
para cantar despacito. 
Que el que se larga a los gritos 
no escucha su propio canto. 
Si la muerte traicionera 
me acogota a su palenque, 
hágame con dos rebenques 
la cruz pa mi cabecera.
 
Si muero en mi madriguera 
mirando los horizontes, 
no quiero cruces ni aprontes, 
ni encargos para el eterno.
¡Tal vez pasando el invierno 
me dé sus flores el monte! 
 
Toda la noche he cantado 
con el alma estremecida; 
que el canto es la abierta herida 
de un sentimiento sagrado. 
A nadie tengo a mi lado 
porque no busco piedad; 
desprecio la caridad 
por la vergüenza que encierra. 
¡Soy como el león de la sierra: 
vivo y muero en soledad! 

miércoles, 25 de julio de 2012

BETINOTTI, milonga de Homero Manzi


BETINOTTI (milonga)

Música: Sebastian Piana
Letra: Homero Manzi


En el fondo de la noche
la barriada se entristece
cuando en la sombra se mece
el rumor de una canción.
Paisaje de barrio turbio
chapaleado por las chatas
que al son de cien serenatas
perfumó su corazón.

Mariposa de alas negras
volando en el callejón,
al rumorear la bordona
junto a la paz del malvón.
Y al evocar en la noche
voces que el tiempo llevó,
van surgiendo del olvido
las mentas del payador.

Estrofa de Betinotti
rezongando en las esquinas.
Tristezas de chamuchina
que jamás te olvidarán.
Angustias de novia ausente
y de madre abandonada
que se quedaron grabadas
en tu vals sentimental.

Y la noche de los barrios
prolongó un canto de amor
animando tu recuerdo
¡Betinotti, el Payador!


VIDEO DE "BETINOTTI" milonga de HOMERO MANZI, en honor del payador JOSE BETINOTTI, cantada por IGNACIO CORSINI.  

EL ULTIMO PAYADOR

Subido de youtube, EL ULTIMO PAYADOR, protagonizada por Hugo del Carril, que cuenta la vida del payador JOSE BETINOTTI.

DESDE ENTONCE, (como quiere la madre a sus hijos)

DESDE ENTONCE
(COMO QUIERE LA MADRE A SUS HIJOS)
(vals)

Música: José Betinotti / Juan Cianciarulo
Letra:   José Betinotti / Juan Cianciarulo

Como quiere la madre a sus hijos
con la fe sacrosanta del alma,

yo te amo, aunque sea un pecado,

con todo el cariño de todas mis ansias...


Yo te siento bullir en mis venas

y en mi mente te llevo grabada

como queda grabado el recuerdo

del ser más querido, que nunca se aparta...


Es en vano, yo soy un cautivo

desde cuando escuché tus palabras,

que de noche ni duermo y padezco,

pensando en la gloria de alguna esperanza...


Yo no sé qué misterio insondable

encontré en tu divina mirada,

que no puedo olvidarte un momento,

que me hallo muy triste, que vivo sin calma.


Tus promesas me tienen inquieto

y asediado por tanta nostalgia;

tengo miedo y a veces deliro

que soy desdichado, que ya no me amas...


Desde entonce, lo paso violento

por los celos que siempre me invaden;

y la duda que más me consume

me postra, me mata, no puedo explicarme...


Yo deseo que sepas tan sólo

que soy tuyo y no soy para nadie,

que te quiero con toda mi alma,

con todos mis nervios, con toda mi sangre.


Es inútil, te adoro al extremo

que tu imagen en mí se hizo carne,

que si paso un momento sin verte

me enfermo de hastío, me pongo muy grave...


 VIDEO DE LA PELICULA "EL ULTIMO PAYADOR"
donde HUGO DEL CARRIL, protagoniza a JOSE BETINOTTI.
y la versión e nuestra querida señora NELLY OMAR....!!!! aquí en Justo Darac en 2007. tan mayor y tan MARAVILLOSA..!!!!    

JOSE BETINOTTI, PAYADOR.

Un día como hoy..... 25 e julio... pero de 1878, 
nacía nuestro Payador JOSE BETINOTTI.

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(Biografía de JOSE BETINOTTI, 
hecha por Néstor Pinsón, publicada en Todotango
Recopilación: notas de José Barcia y Elías Cárpena (sección cultura-rotograbados de los diarios La Prensa y La Nación); Luis Soler Cañas, (suplemento cultural diario La Opinión).
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CANTOR, PAYADOR, COMPOSITOR, AUTOR
25 de julio 1878 - 21 de abril 1915
Nombre completo: José Luis Betinotti




Eras delgado y ágil, de rostro pálido. Vestías casi siempre un traje oscuro, con saco de solapas pequeñas. Y lucías en el pecho, debajo de tu mentón lampiño, el moño negro y volador que enlutaba  tu bohemia romántica. De tu frente limpia arrancaba un jopo caprichoso, castaño y elegante. Venías del barro. Del fondo de tu barrio allá por Almagro.» Palabras de Homero Manzi.
Seguramente, cuando en su milonga “Betinotti” metaforiza: «Mariposa de alas negras/volando en el callejón», lo estaba imaginando con aquel moño habitual o corbata volandera, caminando por alguna calle oscura y la luz de un farol apuntando a su cuello.
El investigador y escritor Luis Soler Cañas sostiene con firmeza que su apellido se escribe las dos veces con “doble te”. Dice también, que sacó su libreta de enrolamiento en 1911, con número de matrícula 432 y allí figura su apellido, tal como firmó las etiquetas de algunos de sus discos. Diferente opinión surge en el libro sobre los payadores del recordado Víctor Di Santo, donde figura la copia del Libro de Bautismos de la parroquia de la Concepción (23 de octubre de 1878), donde el apellido de su padre y de su tía paterna, se leen primero con doble “te” y luego con una sola. Se complica con Orlando del Greco que lo menciona al revés, primero con una sola “te” y después con dos, tal cual aparece su firma en otros discos. Finalmente, en la partitura de la milonga de Sebastián Piana y Manzi, está las dos veces con una sola “te”.
Hijo de inmigrantes italianos, su padre Juan, muere siendo él un niño, más adelante su madre María Costa vuelve a casarse con un tal Enea Campodónico. Humilde desde la cuna es posible que no tuviera estudios primarios por tener que trabajar. Fue obrero hojalatero y también, ya con práctica, moldeador de tacos para zapatos de mujer.
A los 18 años conoce a María Cacciamatta y se casan tras un breve noviazgo. De la unión nació José Juan, que falleció siete meses más tarde.
Comenzó a cantar a fines del siglo XIX y lo de “El Último Payador” no es más que una licencia, una ocurrencia de Manzi cuando se realizó la película sobre aspectos de su vida. No sólo lo sobrevivió Gabino Ezeiza también muchos payadores que perduraron hasta nuestros días, aunque solamente para ciertos cenáculos, tanto en Argentina como en Uruguay y en otros países americanos, incluso en España, como lo refiriera el actual improvisador José Curbelo invitado a tales encuentros.
El payador clásico fue el rural, el que recorría los pueblos del interior y las pulperías, para dirimir habilidades con los colegas destacados del lugar y lo hacía por gusto, teniendo por recompensa: casa y comida. En cambio con Betinotti —y algún otro de su tiempo— ya se puede hablar del payador urbano. Aquel que preferentemente no sale de su ciudad, que convive con los arrabales y, que de vez en cuando acepta ir al interior, pero no en forma errante, sino con un recorrido prefijado, con algún dinero pactado, o con permiso para organizar rifas en su beneficio o vender sus fotografías.
Su profesión fue la de artista, así lo afirmaba y así consta en su acta de defunción. A medida que fue creciendo en su carrera se dedicó únicamente al canto. Su esposa trabajó siempre como cigarrera, antes y después de su muerte.
Sus versos no fueron gauchescos. Él conocía perfectamente el arrabal y sabía traducir sus sentimientos y, con la amalgama de la música orillera, le daba a su canto el particular sabor de la cosa porteña.
Difundía sus creaciones a través de la publicación de folletos humildes -en su presentación y en su precio-, para que estuvieran al alcance de todos. Así, publicó “Mis primeras hojas”, “Ideal de mi esperanza”, “Lo de ayer y lo de hoy”, en 1909 y “De mi cosecha”, en 1912. Colaboró en la revista “La Pampa Argentina”. En 1948, salió una recopilación de su obra: “Pobre mi madre querida” y, al año siguiente, la trascripción taquigráfica de la payada que sostuvo con Francisco Bianco en San Vicente (1913).
Cuando se habla de payar la imaginación nos señala a dos contrincantes que, guitarra en mano, tratan de complicarle la vida al otro refiriéndose a temas diversos hasta que uno de los dos queda sin respuesta o bien el público determina el ganador. Esta es la payada de contrapunto. Pero él prefería la otra forma, la de enfrentar a un auditorio que le proponía temas a desarrollar, preguntas para improvisar sus respuestas. No le temía al contrapunto e intervino en muchos, pero sin la rivalidad se sentía mejor. En esas reuniones era costumbre de los payadores cantar algunos temas y, después, realizar su oficio.

 



















 Su popularidad se debió a canciones como: “Pobre mi madre querida”, (titulada previamente “Cuanto siento”), “Tu diagnóstico” (idem, “Qué me habrán hecho tus ojos”), “Como quiere la madre a sus hijos” (idem, “¡Desde entonce!...”) y “A mi madre” (idem, “Con mis amigos”).


Su repertorio incluía además, canciones de Andrés Cepeda, “El ciego” y “El mendigo”; de su gran amigo Ambrosio Río (con quien incluso cantó a dúo): “Irma” (dedicado a la uruguaya Irma Avegno cuyo suicidio causó conmoción en ambas orillas), “Las tumbas” y la canción “El preso”; de Arturo Mathón: “El final de una garufa” y del chileno Osmán Pérz Freire: el famoso “·Ay ay ay”.
No es aventurado decir que fue un nexo entre aquellos cantores y las voces del tango que estaban por aparecer. Le faltó un poco más de vida para ser una de ellas. Cuando uno lo escucha encuentra la letanía de Gabino y de otros payadores, pero comparando, tenía mejor voz y dicción.
Políticamente, fue admirador del partido socialista y de Alfredo Palacios, pero como pasó con Gardel, concurría a donde lo llamaran y así, cantó frente a Leandro Alem y Manuel J. Aparicio. Sobre este último, cantó: «La elección se terminó/ y es igual que antes sincero/ ya sea al rico o al obrero/ sus puertas nunca cerró/ ni la voluntad negó/ si se le pidió un servicio/ está de más este juicio/ porque a nadie le es extraño/ que es padre de todo el año/ Don Manuel J. Aparicio».
Si bien desde muchacho guitarreaba y cantaba, fue en 1896 que en el barrio de Flores conoce al famoso Pablo Vázquez a quien le confesó su afición. Este lo estimuló. Tal actitud nunca la olvidó, hasta le dedicó un vals y, antes de comenzar cada actuación, no olvidaba de invocar su nombre.
Otro personaje importante en su carrera fue Luis García, un conocido payador mulato que lo llevó al circo ubicado en Maza y Venezuela. Allí cantó frente al público por primera vez. Fue en ese circo que conoció a Gabino Ezeiza, quien lo invitó a cantar con él (1898). Otro amigo fue Higinio Cazón.
Para sus hermanos, Juan, Ernesto y Enrique y, para su querido Ambrosio Río, fue un hombre honrado, con gran amor y dedicación por su madre y de muchas de virtudes, su gran defecto, su afición por el alcohol que le provocó una congestión cerebral. Falleció en su casa de la calle Quintino Bocayuba 291. Un poeta dijo entonces: «Fue el cantor de las madres y el dolor».
Según el coleccionista Héctor Lucci grabó alrededor de cien temas y nos menciona algunos títulos y circunstancias. Para el sello Atlanta: “Filosofía gaucha”, “El preso” (estilo), “Memorias al payador oriental César Hidalgo” (Ofrenda), “Contraste” (vidalita), “Del arrabal”. También “El cabrero”, escrito en primitivo lunfardo donde demuestra su conocimiento del hombre de arrabal, el tema ocupa las dos caras del disco, por su extensa duración. Lo mismo ocurre con “Pobre mi madre querida”, con cerca de 6 minutos. También, “Cívica radical”, “Recuerdos”, “El hogar”, “Como quiere la madre a sus hijos”, “A mi madre”.
Para Columbia: “El final de una garufa” (milonga), “El huérfano sin hogar” (estilo), “Irritación”, “Decepción”, “Ay ay ay”, el vals “Triste”, “No te he faltao”, “Criollo falsificao”, nuevamente “Contraste”, una versión totalmente distinta a la anterior, “Te perdono”.
Para el sello América: Tu diagnóstico” (vals), “Batalla de Tucumán”, “Memorias a Pablo Vázquez”, “En familia”, “Desengaño”. Para el sello Tocasolo: “Saludo al pueblo oriental”.
Para Atlanta: Grabó varios temas a dúo con Ambrosio Río. Y aquí una curiosidad titulada “Obsequio”. Cantado por Río en una de las caras y por Betinotti en la otra. El título obedece a que era un disco de propaganda del sello Atlanta que se regalaba a los clientes habituales. Todos estos discos eran prensados en Alemania.
En 1950, su nombre llegó al cine con “El último payador”, cuyo guión pertenece a Homero Manzi quien también codirige el film con Ralph Pappier. Del personaje y su mujer se ocuparon Hugo del Carril y aída Luz. La figura de Gabino Ezeiza la representó el actor Marino Seré y la de Ambrosio Río, el poeta y recitador Lito Bayardo. Como curiosidad, se observa la réplica de como era una grabación discográfica cuando aún el micrófono no existía y en este caso el cantor se ubica frente a una membrana circular que vibra con la emisión del sonido y del lado opuesto un elemento cortante va marcando los surcos en el disco.

Recopilación: notas de José Barcia y Elías Cárpena (sección cultura-rotograbados de los diarios La Prensa y La Nación); Luis Soler Cañas, (suplemento cultural diario La Opinión).

fuente: TODOTANGO.
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                          JOSE BETINOTTI, POBRE MI MADRE QUERIDA

IGNACIO CORSINI, BETINOTTI


martes, 24 de julio de 2012

SANTOS VEGA, de Rafael Obligado (parte 4)


LA MUERTE DEL PAYADOR


Bajo el ombú corpulento,
de las tórtolas amado,
porque su nido han labrado
allí al amparo del viento;
en el amplísimo asiento
que la raíz desparrama,
donde en las siestas la llama
de nuestro sol no se allega,
dormido está Santos Vega,
aquel de la larga fama .

En los ramajes vecinos
ha colgado, silenciosa,
la guitarra melodiosa
de los cantos argentinos.
Al pasar, los campesinos
ante Vega se detienen;
en silencio se convienen
a guardarle allí dormido;
y hacen señas no hagan ruido
los que están a los que vienen.

El más viejo se adelanta
del grupo inmóvil, y llega
a palpar a Santos Vega,
moviendo apenas la planta.
Una morocha que encanta
por su aire suelto y travieso,
causa eléctrico embeleso
porque, gentil y bizarra,
se aproxima a la guitarra
y en las cuerdas pone un beso.

Turba entonces el sagrado
silencio que a Vega cerca,
un jinete que se acerca
a la carrera lanzado;
retumba el desierto hollado
por el casco volador;
y aunque el grupo, en su estupor,
contenerlo pretendía,
llega, salta, lo desvía,
y sacude al payador.

No bien el rostro sombrío
de aquel hombre mudos vieron,
horrorizados, sintieron
temblar las carnes de frío.
Miró en torno con bravío
y desenvuelto ademán,
y dijo: "Entre los que están
no tengo ningún amigo,
pero, al fin, para testigo
lo mismo es Pedro que Juan."

Alzó Vega la alta frente,
y le contempló un instante,
enseñando en el semblante
cierto hastío indiferente.
"-Por fin, dijo fríamente
el recién llegado, estamos
juntos los dos, y encontramos
la ocasión, que éstos provocan,
de saber cómo se chocan
las canciones que cantamos".

Así diciendo, enseñó
una guitarra en sus manos,
y en los raigones cercanos
preludiando se sentó.
Vega entonces sonrió,
y al volverse al instrumento,
la morocha hasta su asiento
ya su guitarra traía,
con un gesto que decía:
"La he besado hace un momento".

Juan Sin Ropa (se llamaba
Juan Sin Ropa el forastero)
comenzó por un ligero
dulce acorde que encantaba.
Y con voz que modulaba
blandamente los sonidos,
cantó tristes nunca oídos,
cantó cielos no escuchados,
que llevaban, derramados,
la embriaguez a los sentidos.

Santos Vega oyó suspenso
al cantor; y toda inquieta,
sintió su alma de poeta
como un aleteo inmenso.
Luego, en un preludio intenso,
hirió las cuerdas sonoras,
y cantó de las auroras
y las tardes pampeanas,
endechas americanas
más dulces que aquellas horas.

Al dar Vega fin al canto,
ya una triste noche oscura
desplegaba en la llanura,
las tinieblas de su manto.
Juan Sin Ropa se alzó en tanto,
bajo el árbol se empinó,
un verde gajo tocó,
y tembló la muchedumbre,
porque, echando roja lumbre,
aquel gajo se inflamó.

Chispearon sus miradas,
y torciendo el talle esbelto,
fue a sentarse, medio envuelto
por las rojas llamaradas.
¡Oh, qué voces levantadas
las que entonces se escucharon!
¡Cuántos ecos despertaron
en la Pampa misteriosa,
a esa música grandiosa
que los vientos se llevaron!

Era aquélla esa canción
que en el alma sólo vibra,
modulada en cada fibra
secreta del corazón;
el orgullo, la ambición,
los más íntimos anhelos,
los desmayos y los vuelos
del espíritu genial,
que va, en pos del ideal,
como el cóndor a los cielos.

Era el grito poderoso
del progreso, dado al viento;
el solemne llamamiento
al combate más glorioso.
Era, en medio del reposo
de la Pampa ayer dormida,
la visión ennoblecida
del trabajo, antes no honrado;
la promesa del arado
que abre cauces a la vida.

Como en mágico espejismo,
al compás de ese concierto,
mil ciudades el desierto
levantaba de sí mismo.
Y a la par que en el abismo
una edad se desmorona,
al conjuro, en la ancha zona
derramábase la Europa,
que sin duda Juan Sin Ropa
era la ciencia en persona.

Oyó Vega embebecido
aquel himno prodigioso,
e, inclinando el rostro hermoso,
dijo: "-Sé que me has vencido".
El semblante humedecido
por nobles gotas de llanto,
volvió a la joven, su encanto,
y en los ojos de su amada
clavó una larga mirada,
y entonó su postrer canto:

"-Adiós, luz del alma mía,
adiós, flor de mis llanuras,
manantial de las dulzuras
que mi espíritu bebía;
adiós, mi única alegría,
dulce afán de mi existir;
Santos Vega se va a hundir
en lo inmenso de esos llanos...
¡Lo han vencido! ¡Llegó, hermanos,
el momento de morir!"

Aún sus lágrimas cayeron
en la guitarra, copiosas,
y las cuerdas temblorosas
a cada gota gimieron;
pero súbito cundieron
del gajo ardiente las llamas,
y trocado entre las ramas
en serpiente, Juan Sin Ropa,
arrojó de la alta copa
brillante lluvia de escamas.

Ni aun cenizas en el suelo
de Santos Vega quedaron,
y los años dispersaron
los testigos de aquel duelo;
pero un viejo y noble abuelo,
así el cuento terminó:
"-Y si cantando murió
aquél que vivió cantando,
fue, decía suspirando,
porque el diablo lo venció".